*18 años*
Aún no puedo probarlo científicamente, pero sé que cuando el hombre llegó aquí, el perro ya estaba, iba oliéndoles el culo a los otros perros, tan ricamente, despreocupado y feliz. El hombre traía cara de preocupación, porque no sabía exactamente a qué había venido. Lo más que pudo llegar a atisbar es que iba desnudo y, como no había Palacio, en aquel entonces, se dedicó a viajar. No trabajaba, no sabía que era eso, y como los árboles le daban los frutos en producciones abundantes, él iba haciendo marcha. No había letreros, ni carreteras, ni tan siquiera tren. Caminando y caminando daba vueltas en círculo, un círculo muy grande, que un perro, en actitud pensativa, dedujo que ese círculo se producía porque solo llevaba un zapato en el pie derecho y claro, esa inclinación en el cuerpo le daba tendencia a la forma circular del trayecto. Pasó por el mar, por la costa, y no había casetas, ni barcos, ni gente tomando el baño. No había nadie, solo él. Vio un pez, pero como no sabí...