*Viaje 229*
Todos tenemos el viaje ideal de nuestra vida en algún lugar del cerebro o de la retina, ahí está impreso, y ese viaje puede ser un recuerdo de por vida, si se realiza, o una ilusión que nunca será efímera, posiblemente aún no hemos imaginado cuál es o dudamos entre varias posibilidades… Egipto, la India, Nepal, Nueva York o San Francisco o el Rocío. Todos y ninguno o simplemente nuestro viaje sea unos paseos por senderos a caballo entre pinos, alcornoques y arces. Sonidos de agua como las cataratas o una fuentecilla que engorda un riachuelo que nunca será río porque el clima es caluroso y no nos permite esos lujos.
Vivir el viaje, la preparación, el estudio en libros, revistas y vídeos… La imaginación desatada… El viaje real... El disfrute… El tiempo que se escapa… Ya solo quedan dos días… Las vivencias… La vuelta.
Sosiego, recordar y repasar. Valió la pena el gasto emocional y traer en la mochila los recuerdos que traes, sabores y colores y algún sonido especial. Nadar en un cenote. El sonido de las olas chocando contra las rocas en Alcatraz. El bullicio de Times Square. El viento en Nepal. El sonido de un pájaro en Chichén Itzá… Y el silencio, solo roto por el sonido de minúsculas olas y el reptar en la arena de las tortugas, que se van al mar, que es su casa… Y tú vuelves a la tuya, y la vida sigue y traes paz, la que tanto necesita el mundo.
Ayer encontraron el último cadáver de la Dana, 229 en la mochila de Mazón, faltan unos días para el aniversario y aún no ha rendido cuentas. El viaje del último cadáver cierra el ciclo de la desfachatez de estar a pantalón bajado, ebrio o no, pero huido y escondido.
¿Es este en nuestro viaje merecido, el del cadáver número 229? No, rotundamente no. La justicia debe borrar a los agresores… Mazón debe ser juzgado.
No entiendo cómo pueden permanecer impasiblemente aforados.
*B.M.*

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