*Viaje eclesiástico*


 Los sitios religiosos en los que estuve por el mundo no me dieron el pálpito de convertirme o entregarme, o lo que fuera que se hace para abrazar cualquier credo, secta o religión. Mis primeros recuerdos son el ser monaguillo, vestido con un almidonado roquete grande, aquello era divertido, yo no creía en nada, para qué nos vamos a engañar. Solo me interesaban las propinas que nos daba el cura por ayudar a misa y asistir a entierros, que los he visto hasta con plañideras; serían los años 60. Aparte del dinero, me interesaban mucho los regalos de los Reyes Magos y yo, a esa edad, ya era crítico con las fechas. ¿Por qué no nos daban los regalos el primer día de vacaciones? Nos los daban el día 6 de enero y el siete ya íbamos al colegio. No saben de niñez, la gente mayor está trabajando o yendo a oír al cura, que me pagaba a mí y a otros muchos. He de agradecer, ahora con el paso del tiempo, que no había pederastia, que yo conociera. Después estuve en un colegio religioso con misa diaria y rosario, tampoco me entró el gusanillo del seguimiento obediente. Visité relacionando con bastante orden sitios religiosos por el mundo: Fátima, nada atrayente. Visité la Alhambra y eso me gustó, pero solo la parte arquitectónica. El islam para nosotros queda lejos. Estuve en una misa de gospel en San Patrick en Nueva York, tampoco me enamoro. Saint Paul en Londres, aburridísima y sin alma. El Vaticano en Roma me pareció un museo. La catedral de San Pablo en Abidján en Costa de Marfil, con mucho folklore y colorido, nada me dijo. También estuve en la catedral católica de San Mateo en Jartum en Sudán, no es lo mío. Visité la iglesia copta de El Cairo, poca cosa y decían que por allí pasó la virgen, San José y el niño, no sé, no sé… San Marcos en Venecia, preciosa, y el Duomo en Milán. Florencia y sus varias ofertas, lo más atractivo y atrayente para mí de forma sensacional es la Puerta del Paraíso del Baptisterio. Notre-Dame de París, esplendorosa, perfecta, pero tampoco me convirtió. Por aquí, Santiago, Sevilla, Burgos, Toledo, iglesias románicas, la Sagrada Familia, preciosa y novedosa. El Pilar, desangelado. La Almudena nada me dice, Mallorca no es de mi gusto. San Patrick en Dublín, rancia. Varias iglesias en Rumanía que huelen a cera y a viejo. Aya Sophia, la mezquita Azul, muy lograda, pero no me movieron a nada. La mezquita de Hassan II, espectacular y propia de un dictador. La mezquita del Mar de Casablanca, carísima. La catedral de Valencia por proximidad y la Virgen de los Desamparados. He visitado montones de iglesias. He visto todo tipo de ritos. Hasta un ritual de santería en La Habana y nada. He llegado a la conclusión de que soy un descreído, tal vez por haber conocido cómo maniobra el clero y el poco apego que tienen a los pobres, enfermos y necesitados. Cuando pasa alguna desgracia, nunca aparecen. 

Yo estoy perdido para su causa, dado que pienso que la religión te toca por la zona geográfica en la que naces y ellos, los obispos y curas católicos están en la inopia comiendo de la sopa boba y repitiendo mantras que ni ellos se creen.
Ahora, eso sí, he de reconocer que su empresa es la primera del mundo y gestiona limosnas, inmuebles y capitales estratosféricos, no en vano tienen el 30 % del oro descubierto por la humanidad desde que se maneja el Cash. Esta semana deben estar preocupados en el Vaticano, el oro está oscilando la cotización, aunque hoy está a 114.733,80 € el kilo. Tienen 60.000 Toneladas, aunque si lo comparas con Lucy in the Sky, es una nimiedad. 

 *B.M.*

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