*Pescador de tiempo*


Pepe Blas estaba diagnosticado, pero no había corrido la noticia por el pueblo como corre la primera ola de la avenida del agua en una riada. Solo conocían su caso unos pocos, porque nunca había sido demasiado popular, ni había sido de pandilla. Tuvo un escarceo de noviazgo con la hija del comandante de puesto que era de Calamocha, y poco más, no era de iglesia ni de partido alguno, salía poco de casa. Si miras o repasas de memoria tu agenda, verás que tienes algún Pepe Blas o varios. Todos tenemos. Este, al fin y al cabo, era pacífico, su única afición conocida era la pesca con caña. Se le veía en el pantalán o en cualquier roca, sentado, mirando al horizonte, como si esperara algo, mientras su caña apuntaba al cielo inocentemente. Javier, un amigo pescador, me dijo un día que era rarísimo lo de Pepe Blas. Nunca se le vio sacar ningún pez del agua. Javier sabía que Pepe Blas no ponía cebo y que ni tan siquiera tenía anzuelo, lo vio el día que Pepe Blas dormía al lado de su caña y a su lado tenía un libro bastante sobado por el continuado uso, el libro era la Historia del tiempo de Stephen Hawking, pero lo sustancial era que Pepe Blas no buscaba los peces, porque estaba pescando tiempo y paz… Un día y otro día y otro, y lo conseguía… Yo creo que lo conseguía. 
Heráclito decía que la dinámica de la realidad era el campo de batalla, las civilizaciones se han pasado y pasan el tiempo batallando, Pepe Blas tiene un campo de batalla, el mar, que prefiero yo también.
Igual me acerco al chino, que está de liquidación, y me compro una caña y un libro… 

 *B.M.* 

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