*Nos visita Lemmon otra vez*
En la mesa del bar de cada día, hay uno que se jacta de lo viejo que es. Es Pascual, maestro y psicólogo, siempre dice que con él se equivocó el registro y que tiene muchos más años de los que dicen los papeles, y que es así. En esa misma mesa está Venancio, que fue maestro desde los 20 años, era una eminencia, y también está Laura, que siendo muy buena científica no llegó nada porque en la química de la capital no la contrataron por ser mujer, pero sabe lo que está y lo que no está en los papeles que tiene recogidos en su habitación, todos son fórmulas de química y hojas de matemáticas, los he visto muchas veces porque Laura y yo somos amigos desde los catorce y hemos sido amantes de la astronomía y de cuerpos presentes, de los nuestros, vaya, ya se me ha escapado. Laura y yo tenemos un hijo en común, nadie lo sabe y yo para liberármelo lo cuento aquí que dicho sea de paso es como no contarlo, porque a la gente se le olvidan las cosas importantes y las fútiles también. Ayer la cosa se derivó en hablar de astronomía y Laura le preguntó a Pascual “El viejo“, así quiere que le digamos, porque ama la pintura y su cuadro preferido es el Combate entre don Carnal y doña Cuaresma, que cuenta él que es un puzzle que está estudiando desde hace diez años, como el cuadro es de Brueghel el viejo, de ahí viene Pascual el viejo. Metidos en astronomía, hay que tener en cuenta que andamos todos pasados los 70 años. Laura le pregunta a Pascual si vio la última vez al cometa Lemmon, y ahí le pilla desprevenido, y el hombre que sabe de todo, y sabe inventar también, para salir del paso, dice que sí… Complicada, respuesta, complicada… Y Laura, que es muy cuca, se calla y le dice que en estos días vuelve a pasar, que lo disfrute y que se verá después de ocaso por el Oeste. Lemmon trae cola verde, está algo lejos, a 89 millones de kilómetros, pero si vas al lugar adecuado se ve, mejor lleva prismáticos. Es una ocasión única para vosotros los mortales, porque pasa cada mil años.
Yo me quedo pensativo y deduzco que tal vez Pascual sí estuvo la otra vez… creo recordar que le vi aquel octubre. Mejor me lo creo y todos contentos… Si, casi me creí lo de las armas de destrucción masiva, y me creo lo de Trump, porque no lo de Pascual. ¡Que más dará?
Y aprovechando que me he levantado al baño pido otra ronda de anís del Mico, que nos da vidilla a partir de la tercera copa…
¡A ver si nos tomamos en serio la vida de una vez…! Aunque creo que ya no vale la pena…
*B.M.*

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