*Contenedores y fragancias*
Estambul es para todos una ciudad especial, aunque no la hayamos visitado nunca. Yo he estado varias veces allí, siempre con resultado de una estancia altísimamente satisfactoria. Otras veces he pasado por el aeropuerto con destino a El Cairo y Sudán. Una vez estás en tránsito pueden pasar ocho horas en la espera del vuelo a Egipto y en uno de estos, por no salir de la ciudad, leí con tranquilidad, una novela que me pareció diferente a todo lo leído hasta entonces “Cuentos de las colinas de la basura“ ambientada en los barrios marginales de las afueras de Estambul, lugar que tiene un olor característico y especial. A raíz de leer esa novela, de vuelta en España leí “Basura“ de Sylvia Aguilar Zéleny, por abundar en el mismo tema de la basura. Después leí “El perfume“ de Patrick Süskind, para confrontar el mundo de la basura con el evanescente mundo de los olores, y ya imbuido de sensaciones osé pensar que la basura y los olores que tan bien se hallan imbrincados en los recipientes ...