*Sátira*


 Hay quienes dicen que dijo Julio César, una frase que por siniestra puede ser verdadera: “Es imposible no terminar siendo como los otros creen que uno es” Intenté ver si de veras la había dicho Julio y rebusqué en unos libros que tengo de Suetonio y Carcopino, pero no he logrado saberlo. Sea como fuere, este tipo de frases me marcan unas horas, como me marca levantarme con un dolor en el costado en la parte baja de la columna y que no debiéndose a un golpe, a veces, creo que es la puerta de entrada de la hermana muerte, a la que no temo, pero que al mismo tiempo no tengo ganas de ver. 

 En estos últimos 24 meses no hice nada distinto a escribir, tengo vocación de narrador. Intenté aprender las leyes de la composición dramática, y si me enredó escribiendo, lo hago apoyándome en lo mucho que estoy leyendo, mucho más que en ser diestro en gramáticas. Confío más en la intuición que en la retórica y de la punta del Bic salen cosas que me sorprenden, aunque después piense que pueden ser refritos cocinados en alguna parte de mi cabeza, refritos de escritos de autores que sigo, que idolatro y que admiro mientras voy viendo que no sé nada a su lado, Pero me complace lo que hago… Por ahora… Ninguna pretensión de aticismo, porque no suelo ser conciso ni elegante, ni sabría hacerlo, creo. Pero voy a ceñirme a la frase de Julio César y ver de hacer que piensen bien de mí los que me rodean para terminar siendo como ellos creen que soy. La verdad es que no creo mucho en lo que he dicho… Mientras hablo de estas cosas, leo que Luis Vives ya se lamentaba de la desunión de Europa ante el peligro turco en su época, y veo que nada importa y todo sigue igual y Europa continúa restringida a sus simplezas, mientras un tío chota y rubio, les mete supositorios del tamaño que quiere en forma de aranceles y desplantes. Olé, olé, olé… Nadie responde… Ateísmo materialista, supersticiones  religiosas, afanes mundanos y sátira, sátira por doquier… 
 Nada importa, excepto bien parecer, y bien morir, o algo similar… 

 *B.M.*

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