*Entrenar*
Ayer porque me acosté pronto, a eso de las 10.00, como suelo hacer habitualmente, y me desperté a las 3.33, que es una hora en la que dicen que pasan cosas, aunque bien sé que siempre pasa algo a cualquier hora de cualquier día, y ahí estaba yo esperando volver a dormir y al no conseguirlo inmediatamente, me puse a leer y leí mientras tanto lo que decía el campeón mundial de apnea, 29 minutos sin respirar está el muchacho, decía el hombre que con constancia y entrenando mucho, se puede conseguir cualquier cosa, esto también lo dicen campeones de ocho miles, mientras yo aguanto la respiración para cruzar por la zona de los contenedores de basura en Nules, 15 segundos y me mareo…
Vamos al tema principal, al tema de entrenar… Yo estoy entrenando una soledad iluminadora, no sé de dónde ha salido esto, constante y consciente, porque veo a gentes que, en cuanto se ven solas, se pierden en lamentos y búsquedas desesperadas de compañía… Para mí envejecer, hacerse mayor, es saber estar solo, complacerme en lo que me gusta, no culparme de lo que otros puedan achacarme y darle al cuerpo lo que necesita, para no tener dolor ni enfermedad en lo posible. Explorar y explotar los hobbys que tengo y vivirlos. Estar bien caminando solo. Preferir estar en paz, probar algo y no tener miedo al silencio.
A las 3.33, se produce el milagro del silencio en la noche, que yo suelo enturbiar al rato, con el fragmento del violín solista en Sherezade… Es un enturbiamiento que es celestial, sí celestial, recoge lo que yo quiero transmitir.
Lo dicho, soledad, silencio, calma y música…
*B.M.*

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