Opinare

 Deja que te cuente como ha ido, después de salir de clase, porque los alumnos no se han esperado para acompañarte en la salida el último día; tenían las prisas por resolver la comida de confraternidad de fin de curso. Cada cual ha dicho lo que pensaba de lo que se ha vivido en las clases, todos a su manera han expresado el grado de satisfacción que han sentido por las formas en enseñar y el trato personal recibido. Todos están muy contentos y esperando que se pueda repetir el próximo curso contigo entre nosotros. El clima de la clase, tranquilo y agradable, nos dejará un vacío en el corazón el próximo jueves, cuando ya no haya clases… Agradecimiento total por el cariño mostrado y con el deseo de que te vaya excelentemente bien en todo lo que hagas.    Et efectivement… “C’est le temps que tu as perdu pour ta rose qui fait ta rose si importante” Vous êtes l'adorable enseignante. *B.M.*

  Todos tenemos nuestra música, la que nos gusta y nos acompaña y nos representa. No es fácil encontrarla, pero está. Está ahí, a punto de oído y de corazón. Cuando la encuentras no es que le vayas a ser fiel de por vida, pero durante un tiempo te nace la necesidad de  recurrir a ella. A mí, por ejemplo, me tienen cogido varias músicas, depende de la temporada.  Ya me van gustando más los clásicos, pero eso es inherente a la edad. Muchas mañanas me levanto a golpe del Vals Brillante de Chopin o la Passacaglia de Händel o el Adaggio de Bach, La Rapsodia Húngara de Listz o Sarasate de Zigeunerweisen y cada una me ayuda a ordenar las escasas células grises que me van quedando. Con Sarasate siempre me pregunto: ¿por qué no habré comenzado a tocar el violín a los cuatro años y no intentarlo a los setenta y dos?  Lo hecho, hecho está y me conformo con volar sobre las notas que sacan los y las violinistas maestros/as que oigo. Hay días en que apetece una pieza más que otra, y una vez elegida,

  Jaime, cuéntame eso otra vez y lo escribo…  Ya te dije que, siempre tuvo la extraña sensación de que, si disfrutaba de algo demasiado, estaba haciendo algo malo. Los domingos por la tarde eran terribles. Las vacaciones eran como tiempo robado, pensando que estaba estafando a sus padres y a sus hermanos. Puede que pensara que era un peón de la dictadura franquista, que imperaba en ese momento, pero se dejaba llevar y su mente creaba lagos y lagunas de disfrute particular, no compartido, porque si no, lo pasaba mal. Sus pequeñas células grises, como las de Poirot, pero incipientes, sufrieron la ácida lluvia de las clases de religión, amenazadoras, de la Formación del Espíritu Nacional; siendo acólito, oyó multitud de discursos catastrofistas desde lo alto del púlpito. Todo era punible, nadie escapaba del fuego eterno, incluso mortificándose con cilicios y privaciones. Lo del Domund, para los chinitos, debió de ser mentira, porque ahora nos están pasando como si estuviéramos parados. L

 Vienen de Barcelona en el tren, en el vagón-restaurante, las tres horas de viaje son de celebración, y dicen y cuentan, son seis, amigos de mucho tiempo, compañeros de andanzas y saraos; carnaval de Cádiz, San Fermín, Fiesta del Vino de Haro y Cuba, se conocen bien y se soportan bromas de cualquier calibre. Son educados y con estudios, pero a veces el alcohol les sobrepasa y se pierde un poco la brújula.  Alguien les llama la atención por el volumen de las voces, se hace un caso dispar a la llamada; al rato llega el revisor y se entabla una conversación que se vuelve amistosa y positiva, y en eso que uno le dice al revisor echándose la mano al bolsillo de la americana.  -¿Cuánto vale este tren? Risas y calma siguen a la anécdota erótico-festiva.  Así da gusto disfrutar de los amigos. No voy a poner nombres ni direcciones, porque la mujer aún no sabe que su marido compró un tren, que está guardado en un almacén de Burriana.  *B.M.*

  Oí un ruido o me pareció oírlo, no lo sé con exactitud, el caso es que me levanté sin abrir las luces, nunca las abro, porque entra suficiente luz por las ventanas desde las farolas de la calle, vi que eran las 3:38, recorrí la casa con pasos gatunos y aún pude ver huir a los ladrones o lo que fueran esas sombras, eran dos o tres, yo vi a dos, el otro era más rápido; no me asusté, hace tiempo que no me asustan las cosas, y ahí quedó la situación; pensé en llamar a la policía, pero me detuvo el pensamiento de su ineficacia y el montón de papeleo y explicaciones que había que dar para nada, después fui al baño y me percaté que no había agua corriente. No pasa nada, ya lo arreglarán, me dije, bebí de una botella y me acosté, leí un poco de aquí y de allá y pensé en la gente que tiene, hoy en día, guerra en sus barrios, por el mundo, y de lo insensible y acomodado que soy, a la vez que afortunado, por no estar en situación de extrema necesidad o en el lugar equivocado.   Hay que ver lo

  Quien quiere complacer a todos no complace a nadie. Quien está en todos sitios, no está en ninguna parte.  Si no identificamos nuestras cadenas invisibles, todos las tenemos, y las rompemos y las erradicamos de nuestras vidas, vamos a ser esclavos de una ficción que no debería condicionarnos en absoluto, y que la sustentan los demás, los que no nos quieren bien.   La libertad no es una palabra, la libertad es un estado emocional y una fuerza que nos impulsa más allá de lo racional.   Como dice la canción: el sol no alumbra cuando ella no está, y hace falta que vuelva, hay que buscarla y dejar el camino expedito para que campe a sus anchas. Vivir en la oscuridad, es una sinrazón, pudiendo vivir en la luz, pese a quien pese.   Yo tengo unos compromisos adquiridos anualmente: no discutir con nadie, por nada, y vivir todo lo libremente que pueda, como mi Salvaje, mi buen caballo, en su mundo hacía.   *B.M.*

  Jaime nunca supo a qué dedicarse de mayor, fue cabalgando a lomos del tiempo, esperando a que llegara no se sabe bien qué. En un tiempo, entre los diez y diecisiete años, fue un candidato a ocupar la plaza de los de grandes capacidades, lo malo es que en ese tiempo, eso, no se contemplaba; él se aburría en clase, porque se quedaba con todo a la primera, el resto del tiempo hasta que llegaban los demás a ponerse al día respecto a él, era tiempo perdido. El profesor le preguntaba y él respondía sin equivocarse en nada. Pero no le incitaban a prosperar en algo más avanzado. La sociedad estaba demasiado ocupada en llevar jornales a las casas, con demasiadas bocas a alimentar.  Franco y la Iglesia adoctrinaban a tener hijos e hijos, encauzados en sus doctrinas, dejando leer a las gentes solo contenidos que llevaran la predicación que interesaba al régimen. Ya ves tú.  La noche se hace más oscura justo antes del amanecer. Ser librepensador en un tiempo de rosarios, misas y palios no es u

  -¿Aló, Central? Soy Roque, estoy en Castellón con el material para oncología del Hospital Provincial, espero órdenes.   -Un momento Roque.    -Pilar, ¿está ingresada la transferencia inmediata del Provincial? Mira la cuenta del Banco, online.    -No, no está.    -Roque, espera un poco.    Media hora después.    -Roque, soy Pilar, ya está el ingreso, ya puedes entregar el material.  En la farmacéutica ya no permitían entregar nada al Provincial, si no estaba el ingreso realizado de antemano. Había habido escapes de Tesorería por malversación, y lo pagaban los pacientes… como siempre. *B.M.*

  Desde la parte de afuera, ya terminado todo el espectáculo, pegado a la pared metálica exterior, elevando la vista y la cámara hacia arriba, en vertical, fotografié el interior de la estructura de acero, potente, calculada, seguramente para mantener más de un siglo el armazón que sostiene el caparazón exterior, imbricado con la antigua construcción, que ya es más que centenaria. Ese exoesqueleto parece una nave interplanetaria, pero lo más contundente es el interior, cerca de 80.000 almas entregadas al fervor cuasi religioso de ser del mismo equipo, sentirse parte de una parafernalia que para sí quisiera cualquiera de las religiones caducas que languidecen de ideas, pero están podridas de seguidores ultras y de dineros y bienes de todo tipo.  Los seguidores del equipo, entregados, cantando y sintiendo, y algunas veces llorando por las despedidas de los atletas que los han proclamado, durante años, campeones de las copas que inventan los dirigentes del fútbol para subyugar las volunt

 Se levantó de la cama, miró el reloj, poco a poco se vistió mientras miraba a la calle por la ventana. -¿Cuanto le debo?, dijo maquinalmente. Sin escuchar la respuesta, dejó una cantidad suficiente en la mesita… Salió a la calle, sin recordar que salía de su propia casa…  No era la primera vez que lo olvidaba. Su mujer, seguía en la cama, acurrucada en medio de un mar de sollozos… *B.M.*

  Cuando Alan Turing en 1950 inició el camino de lo que hoy es la IA, dicen que vislumbraba lo que iba a pasar más tarde; un día en un concierto de Simon & Garfunkel le dijo a su esposa Joan que el título de su obra podía ser perfectamente, Hello Darkness Old My Friend, porque el camino recorrido había sido a oscuras, y aún continuaba así cuando se suicidó a los 42 años.  Hoy la IA ya aprende de sí misma, y hay quien dice que le da miedo que las máquinas piensen, y yo le preguntaría a ese alguien , si prefiere tener eso o conformarse con Rajoy, Feijóo, Rouco, Milei y el propio Papa y chocar contra la cerrazón de las administraciones en avanzar.  Creo que una amplia mayoría de dirigentes del mundo, sería incapaz de pasar el Test de Turing.   *B.M.*

  Hay personas que te alegran la vida sin darse cuenta de ello, aparecen y te dan su positividad, su forma de vivir y su enfoque vital, y sin ellas saberlo te llenan el depósito de esencia de energía y continúan a tu lado cierto tiempo, y a veces te recuerdan a alguien muy especial para ti, más tarde son ellas las personas especiales que recordarás siempre.   Un compañero/a, que hace tu mismo trabajo o estudia lo mismo que tú, que parece que domina todo y que la vida la ha metido en el carril de la alta velocidad de los logros y de la ausencia de trabas y problemas irresolubles.  Hay que permanecer el mayor espacio de tiempo a su lado. No interferir en su privacidad y solo acercarse hasta donde te sea permitido, es amistad, compañerismo, no intimidad.  Respeto al derecho ajeno, esa es la fórmula.  Poner en marcha el radar que busca esa gente, es la misión.   *B.M.*

  La clase, se tiene o no se tiene, es un atributo de distinción, el que la tiene está adornado de la gracia de los elegidos. No es consustancial con la riqueza, ni con la belleza, ni con la nobleza. La clase te otorga un aura que te hace identificable donde estás y donde vas,  y que te hace aparecer sobrevolando el entorno. Se manifiesta de modo continuado. No conoce artificios, ni se puede simular, porque es permanente, no es una función, ni un sketch, la durabilidad es una de sus características esenciales. Es innata, innegociable, no se enseña, ni se aprende, se tiene o no se tiene.  Siempre que aparece un titular que no sea al uso, de un periódico, que es un verso suelto entre los periódicos, el afectado, por dicho titular, si tiene clase, lo llevará sin problemas. El problema viene cuando el afectado no tiene clase, y ahí se agiganta la situación, anómalamente.  Desde hace un tiempo se escuchan ciertos rumores y hay periodistas con nombres y apellidos, que ya afirman, con dato

  Tengo que volver a mi árbol del Paseo Ribalta, necesito abrazarlo de nuevo, como he estado haciendo los últimos años; casi cada día, he realizado un ritual que me daba energía; abrazaba a mi árbol, un chopo de proporciones notables, cuyo tronco en la base mide más de 250 cm y que no abarco, naturalmente, en su totalidad. Es el último, a la derecha, del paseo central en dirección a la UJI.  Mi ritual de abrazo a la naturaleza era de un minuto, y en ese tiempo notaba la fuerza y la sensibilidad de mi gigante, notando que con él yo me unía a la tierra y la tierra a mí. Al acabar el abrazo lo contemplaba un rato y después marchaba a la flanerie por Castellón.    -¿Se encuentra bien, señor? Me han dicho varias veces, mientras daba mi abrazo.  -¿Le pasa algo?  -¿Necesita ayuda?    Claro que no necesitaba ayuda, es más, me encontraba tan bien que estaba hasta un poco mareado de felicidad, pensando que mi árbol estará ahí, aunque yo no vaya a verle, y puede que piense en mí como yo pien

  Me dice mi amigo Felipe, que está en zona de integrismo religioso que: Quienes pueden hacer que creas cosas absurdas, pueden hacer que cometas atrocidades. Tanto la iglesia como los políticos. Sin mirar la tele estoy más de dos años, pero el runrún de las noticias va y viene y sin querer te enteras de cosas que ponen de titulares los periódicos, que madre mía, qué periódicos hay por aquí!  En los mentideros de las mañanas de los almuerzos pueblerinos se oyen versiones extremas de la misma noticia, mezcladas con los datos de siempre, que si ya no volverá a llover, que si las casetas de la playa no las van a derribar Costas y que a Burriana le ha caído un multazo de cuarenta millones, por cuenta del Pai Sant Gregori, que nació muerto y muerto está, y que solo ha generado gastos.   En nada se acaban las clases, viene San Fermín y el calor, los mosquitos y las tormentas furibundas mezcladas con la sequía permanentemente agarrada a nuestra zona.   ¡Que la tierra no sea leve!   *B.M.*

  Paramahansa Yogananda es el Yogui famoso que habla de la necesidad de la meditación. Yo debería meditar. Y actuar con la intuición que te da la meditación, que algunas personas llaman, de forma errónea, corazonada.   Dice el Yogui que la meditación te hace saber exactamente lo que es correcto, el camino a seguir, cuando eliges estás seguro de que es aquel el camino y no te equivocas nunca. Y lo expresas sin razonamiento intelectivo, te sale espontáneamente, es la supraconciencia que te está hablando, es un nivel de desarrollo muy grande y te convierte en una persona tremendamente intuitiva.   Yo debería meditar, pero me cuesta, creo que me evado demasiado y no llego a ninguna parte concreta. Meditar, paz y sosiego, parece que van unidas. ¿Y yo por qué no lo hago, en qué debo meditar?  ¿Y si me dan alucinaciones? Si alguien cree en sus propias alucinaciones se le llama loco, si cree en las alucinaciones de otros se le llama religión.  La verdad es que no sé, y me da un poco de mied

  He bajado dos octavas mi relación con el fútbol, del que nunca ha sido un seguido enfervorizado, ni hincha, ni fanático. Me gusta la plasticidad de algunas maniobras, la técnica de los malabaristas del balón, que los hay, y comentarme yo mismo las jugadas, en silencio, incluso estando haciendo otras cosas al mismo tiempo que lo veo.  Hacía tiempo que no iba físicamente al estadio, y hoy he ido, y he aprendido la lección de la que ya traía algunos apuntes sueltos. No necesito exhibiciones de banderas, ni exaltados a mi lado, vociferando y protestando, cuando no insultando al contrario, mirando parcialmente todos los lances en los que puede haber habido falta. La incomodidad del acceso al estadio, las escaleras mal proyectadas, los urinarios abarrotados y por momentos sucios, y los asientos calculados milimétricamente para sacar unas plazas más a vender y que incomodan la estancia de los que pagan la entrada.  Me gusta el deporte, he practicado toda mi vida deporte, pero definitivament

  Hace unos días hablábamos del amor, recuerda,  del amor paternofilial, del amor a los dioses,  del amor a los amigos y del amor a la pareja o parejas y del amor a las mascotas y a la comida y a la bebida.  No damos el valor y la importancia al amor casi nunca, así somos de inconscientes y desagradecidos con toda la saga de Cupido, que el pobre anda resfriado por ir insinuándose por ahí medio desnudo.  Si supiéramos, con certeza, cuál iba a ser la última vez en que vamos a ver a un ser querido, pondríamos más interés en las relaciones, no es así porque tenemos las células con las defensas caídas. No sabemos apreciar nada, nadie sabe, solo cabe pensar que la aristocracia que tiene las pituitarias y las meninges fundidas por las drogas, y necesitan tener títulos y ostentar grandezas de España para parecer importantes.  Hay una anciana que es tres veces grande de España, no saben ni medir ni contar, si eres grande, eres grande, lo malo es que ese tipo de grandeza huele a podrido.  Un