*Mujer con vestido verde*


 El lugar tiene el empaque y la prestancia más que suficientes para una celebración. El mar se huele, a 20 m se puede tocar el agua jalonada de embarcaciones, de alto nivel… El salón principal está a cubierto y afuera hay terrazas, preciosas, soleadas hoy y casi con calor veraniego. 

Está lleno, pedimos el almuerzo, tardío ya, son las 11.20 y estamos ubicados en la mesa más céntrica del local. Hay un apreciado silencio y cuchicheos educados en el ambiente. Al fondo una mesa larga con 15 personas y la abuela presidiendo. Y de repente, como aparecida de cualquiera y de todas partes a la vez, llega ella, con su lozanía y su saber estar. Cruza por delante de nosotros, y yo la miro y digo: ¡Qué vestido tan bonito! Ella lo oye, y me lanza una mirada cómplice, revestida de agradecimiento. Lleva un vestido de cuero verde oliva con cuello de zorro que le sienta como un guante. Tal vez esperaba algo de frío porque ya estamos cerca de Navidad, pero le queda perfecto como hecho a medida. Creo que acaba de ser abuela, joven, pero abuela y está guapa como el día de su boda y ella lo sabe… Celebran el cumpleaños de su madre, con 80 primaveras largas, y le sacan una tarta con velas. Cantan todos y nosotros también con ellos, el cumpleaños feliz… Y ella le da su regalo a la abuela… Después salen al pantalán a hacerse una foto, y ella vuelve a pasar por mi lado con todos los sentidos encendidos, por si hay más requiebros. Se la ve satisfecha. Hoy es un día sin ser su cumpleaños, se ha dado cuenta que atrae y que gusta y se nota que quiere gustar… 

Un traje así no se pone solo para salir a almorzar… Enhorabuena, y que esa lozanía te acompañe mientras yo lo vea…  


Verde que te quiero verde, verde, viento, verdes ramas. El barco sobre la mar y el caballo en la montaña… 

 *B.M.*

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