*La investigación*
Desde una comandancia de la zona del Sil se informa que han sido incautadas las partidas que quedaban de las botellas del vino Díolo de Ribeira Sacra, para su análisis, aunque medios cercanos a la investigación informan, en privado, que es fácil suponer que, en el supuesto caso de ser el vino causante de las muertes, solo estaría contaminado el que quedaba en las cocinas anexas a la catedral de Valencia.
Realizadas las pesquisas necesarias con los once laicos que estuvieron en la misa solemne de Santa Lucía, se aclara que dos eran menores de cuatro y un años respectivamente; el padre y la madre son de Mislata y parientes de uno de los oficiantes. Un señor que estaba sentado en la penúltima fila de la izquierda es el dueño de la cerería proveedora de la catedral y libre de sospecha, porque tiene las facturas cobradas hasta la fecha. Una pareja de la fila de la derecha son invidentes, recién casados y asistían por sentir el ambiente y porque son muy cristianos. Otra pareja de la misma fila son los dueños de la lotería de la Plaza de la Reina; tampoco son sospechosos. Solo quedan los dos hermanos, que fueron inculpados desde el primer momento; ahora se les ha puesto en libertad, son jubilados ambos, uno escribe relatos y no es muy de iglesia y el otro, el mayor, es psicólogo y acompañaba a su hermano a ver la exposición de Sorolla. Se cree que están libres de cargo. Ya solo queda hacer las pesquisas necesarias sobre el señor joven que inciensaba profusamente la capilla. Parece ser que es el principal sospechoso. Yo le veía nervioso y por poco se cae al tropezar con un reclinatorio, comentaban los hermanos que eran al principio sospechosos.
Ahora es el principal investigado, porque se ha descubierto que es sobrino carnal de Blasa, la mandadera de la catedral de Segorbe, la de los flanes de leche rara, que ya estuvo huida porque en Segorbe desaparecieron siete curas en un periodo de dos años y ella dicen que marchó a Brasil en ese tiempo y volvió al cabo de doce, cuando ya había prescrito todo.

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