*Patitos de goma*
Un día vi la imagen graciosísima de miles de patitos amarillos en el mar, creo recordar que habían caído de unos contenedores. Nadie los recogió, ya que es bien sabido que cuando un contenedor cae al mar, nadie lo recoge, lleve alfileres, droga o pianos de cola o patitos amarillos de goma. Patitos, que hoy deben estar tan tristes como yo intento estarlo, porque ha muerto el inventor de esos complementos para el baño, que yo usé en mi niñez en la bañera. Mi patito, cuando lo apretaba, hacía Quick, Quick…
El inventor era de Hong Kong y tenía 105 años. Murió la semana pasada y fue un señor, un empresario muy grande, que construyó un imperio. Conmigo estará de duelo, supongo Leo Bassi, actor, creador de la iglesia patólica, cuya sede está en Lavapiés y allí celebra misas patólicas los sábados y los domingos.
Su primer mandamiento es: Amarás el buen humor sobre todas las cosas.
En medio de tantos enredos, guerras y bulos y políticos y obispos que nos desgobiernan, es bueno reírse un poco de uno mismo.
Sin embargo, yo tengo la conciencia a medio remedar porque, siendo pequeño en el corral de mi casa, maté un pato con una caña. No me he tratado profesionalmente, pero creo que arrastro esa patología y no sé cómo quitarme la pena, a no ser que incube un huevo, yo mismo y nazca un pato redentor.
¡Ostras, qué buena idea!
El miércoles iré al mercado a buscar huevos de pato, a ver cómo se me da ser papá pato.
*B.M.*
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