*Los jóvenes y el tren*


 De que el perro es amigo del hombre, no hay duda. Hay quienes dicen que es el mejor; eso no lo sé, porque a mí me parecía que era mi caballo, que he tenido tres, y de perros seis, creo recordar. 

 El perro se alegra sobremanera y te hace fiestas como un poseso cuando llegas, y además se deja educar y es útil como rastreador, rescatador y defensor; gobierna rebaños con unos pocos silbidos y alguna señal acordada y es capaz de enfrentar a un toro y a un oso. Es un buen elemento el perro y se acuesta en cualquier parte cerca de ti, te ama y te extraña cuando no estás. Es noble. Se deja enseñar y es listo. 
 En esta Tierra que habitamos, hay seres que no demuestran sus aprendizajes y las enseñanzas parecen resbalarles y pasan de todo ayudándose del móvil, como el torero se ayuda de la muleta o el político deshonrado, de la mentira. 
Hoy he utilizado el tren de vuelta de Castellón y por circunstancias repetitivas, no cabíamos, íbamos como sardinas en aceite en lata, se ha retrasado media hora y a mí en ese tiempo me da para saber cuántos estamos esperando y la media de edad o mejor la seta que es más explicativa. He contado unos 700 personas, unas cien de las que teníamos más de 65/70 años, el resto gente de 50/40 eran unos 300 y unos 300 de entre 25 y 18 años, había de todo. En la espera de media hora he visto que los mayores estaban todos de pie y los asientos que hay a pie de andén, todos ocupados por jóvenes jugando con el móvil. No pasa nada, excepto que deberían ceder  los asientos a los mayores. Y no es así. 
La subida al tren, cuando ha llegado,, ha sido una explosión de manos y prisas y, cuando hemos subido los mayores, ya no quedaba un solo asiento libre. ¿Te crees que alguien ha hecho intención de ceder el asiento? No. Por ello y por muchas cosas más, no voy a enseñar a nadie a parar la sangre cuando sale de la nariz en tropel, ni voy a enseñar a pasar la cinta. ¡Que sufran! Y por supuesto, ya llegará algún día, que llegará, que necesiten de un poco de experiencia en algo útil, que yo voy a ponerme los cascos y a jugar al tres en raya que puede no acabar nunca la partida, como pasó en la película de Spielberg, Ready Player One, que aquí se llamó: Comienza el juego… Pues eso… Comienza el juego contra la mala educación… y lo peor es que ellos no lo saben, no saben que están maleducados.  
Yo creo que los perros y los caballos sí saben que están educados y por eso sonríen… ¿Que no?… Fíjate bien y verás… Sonríen… 

 *B.M.*

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