*La caca de la fuente azul*
Los detalles conforman la delicadeza, el cuidado y el amor, en definitiva. La voluntad de servicio, la entrega y el sacrificio en bien de la comunidad conforman el gobierno desde, dijéramos, un ayuntamiento de pueblo. En el mío, con profusión de publicidad y fotos anunciadoras en los medios, se dio a conocer la instalación de una fuente de agua potabilísima; ahí está en la plaza Mayor. A los pocos días de inaugurarla se ha estropeado, así lo reza un cartel. Hace dos días, pasando yo por el lado de la fuente azul, muy azul y averiada, alguien que paseó a su perro dejó al lado de la fuente azul. He dicho que es azul... Sí, azul. El dueño del perro dejó la deposición canina en forma de dos Frankfurt de tamaño medio alto. Tres días ha estado la muestra de caca marcando territorio. Fui a hacer una reunión en el Ayuntamiento y desde el balcón de la alcaldía se veía, se podía ver la caca; mientras casi arrodillado sobre ella, un operario parecía que arreglaba la avería de la fuente. ¿He dicho que es azul? Sí, es azul. Y la caca, ya negra, ahí está mostrando con altanería que el perro estaba bien alimentado.
Es época de lluvias; tal vez la lluvia sea la encargada de limpiar la deposición inocente de un perro que no vota todavía. Todo esto ocurría mientras operarios del ayuntamiento retiraban todo el montaje, carísimo, por cierto, que se hizo para un día de toros, que no se celebró en la fecha prevista por causa de la lluvia.
Esa lluvia que limpia, fija y da esplendor como la RAE.
*B.M.*

Comentarios
Publicar un comentario