*Olvido consciente*
Estoy aprendiendo desde hace tres años a, de forma consciente y natural, introducirme en el hipocampo navegando entre la corteza prefrontal y la temporal para bucear en los recuerdos a corto y a largo plazo, y ya me sale bien.
Puedo dejar que el olvido se adueñe de mi mente, y así me pierdo uno o dos días reales que representan entre nueve y catorce meses de tiempo ficticio y vuelvo a estar consciente, a mis amigos les digo para no preocuparles que me he ido de viaje a la Matarraña y al volver, me tomo un día entero para ser consciente del mundo que me encuentro de nuevo.
En estos nueve o catorce meses, me doy cuenta de que nada ha cambiado, a excepción de que unos pocos célebres han muerto o de que algún equipo ha ganado la liga o la Champions, lo demás sigue igual. Igual como lo dejé hace un año más o menos. Las mismas noticias, los mismos políticos, las mismas medias promesas que nunca o casi nunca se cumplen. Aún anda por ahí Mazón, envuelto en la mortaja de los 228 muertos que le juzgarán. Feijóo, con sus bulos y embustes, y la izquierda, intentando conseguir logros sociales, que les chafan los de derechas y que increíblemente se alimentan de votos de esos a los que no les consiguen mejoras laborales ni sociales, nunca lo entenderé. El votante de la derecha no puede ser un asalariado. El votante de la derecha es el que en el comedor de su casa tiene una mesa para la celebración de la cena de Navidad y Nochevieja con doce sillas, todas iguales… Si no tienes doce sillas iguales y votas a la derecha, es que eres tonto… Tonto y pobre…
La banca no ha devuelto el rescate. Palestina continúa genocidiada. No se ha aprobado la reducción de la jornada laboral, pero han puesto más pegas en lo de fumar y con eso ya estamos salvados. Todas las demás noticias vistas desde el buceo, entre recuerdos y añoranzas, no son nada. Cuando tomas distancia, los problemas se minimizan o no se ven…
*B.M.*

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