*La boda de la hija de mi mejor amigo*
Sí, estoy de acuerdo en que un traje es elegante, distinguido, impone respeto y hasta es una cortesía hacia el otro. Impone respeto, a veces donde no debería haberlo, como en los trajes militares o uniformes que les llaman ellos, no me gustan, nada, y menos cuando los visten, quienes no han hecho ningún mérito, ni una pelea ni una lucha, aunque fuera incruenta, ni una conquista y además llevan las pecheras llenas de medallitas y de cruces y de garambainas, que no les cabe ni una aguja, sin haber ganado nada.
Pero opines, lo que opines, las guerras son infumables. Yo lo sé.
Cuando te haces mayor… Tú también te harás mayor… Dejas de usar traje y utilizas ropa cómoda… Es más práctico y menos engorroso, puedes cambiar varias veces al día y se lava y se seca rápido si como yo vas en chándal o en ropa deportiva…
Tuve trajes, bastantes, pero dejé de usarlos, los di, todos y ahora no tengo ni uno, al punto, que ayer mismo le pedí, medio en broma, medio en serio a mi amigo Agus, que va a ser padrino de boda y ya ha ido al sastre al menos cinco veces para que le acicale como debe ser, le he dicho que para que en cuanto pase la boda, si yo tuviera alguna ceremonia, me cupiera su traje, que le dijera al sastre que ponga una cintura del pantalón de goma, como las de las embarazadas y así poderlo amortizar.
El Blanco, está muy delgado y lo van a vestir como un Mike Jagger joven, bailará con la novia al son de “Anna“ de los Beatles y, aunque se hace el descomido, como si la cosa no fuera con él, disfrutará como nunca lo ha hecho, y me encanta, porque sé que se lo merece…
Hay amistades que duran toda la vida, como los culos de los morteros de hacer all-i-oli...
*B.M.*

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