*Al ataque*


 Amadísimos míos, ya os avisé repetidamente, me ignorasteis, ahora debéis creerme, han ido educándoos en un estudiado camino logarítmico hacia la imbecilidad inconsciente y sin percataros ya estáis instalados en vuestra parcelita, en el rinconcito de disfrutar de lo que creéis que es vuestro óptimo resultado, fruto de vuestra ambición y máxima felicidad... pero no cejéis, y creed en lo que aún es posible, si por un momento os llega un rayo de luz y veis lo que es el mundo real... seguid esa luz… No miréis los colorines de las tramoyas, olvidad los decorados y los cantos de sirenas... Volved al sonido del bosque y al del agua discurriendo entre piedras, por el río de la vida... Parad y reflexionad, bebed algo que os reconforte y sabed que no es una caverna... son muchas, las que os tienen preparadas…y traen colorines y olores y apariencias que parecen que son buenas para vosotros... Pero no... Estad observantes… No es esa la verdad. 

 Recordad el olor del romero, del jazmín y de la flor de azahar... y de la hierba recién cortada y del café recién molido y la satisfacción, la paz y el confort que alcanzáis cuando llegáis a la cima de un puerto de montaña, a pie o en bicicleta. 
No va a ser fácil porque estáis contentos con vuestras convicciones, pero debéis uniros y pasar a la acción, y atacar sin perder ni un segundo... La batalla es ahora o nunca... 

 *B.M.*

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