*Caminando*
En mis rutinas camineras de cada día, deambulando por el pueblo, de acá para allá, tengo catalogadas, como en botica se catalogan los productos, a las gentes que se repiten a diario, haciendo sus rituales de realización de sus creencias… Unos van a por el boleto de la Once, otros, a por los ansiados premios de las diversas loterías, otros compran el pan y las carnes y las frutas de a diario, los menos van a misa y a la iglesia, cada cual hace honor a sus creencias.
Yo camino por ejercitarme, buscando la sombra en estos días de canícula, que ya no es tal, porque perdió su nombre y su fuerza, cuando el mundo ha dicho aquí estoy yo, y vais a pasar bien de calor, a cambio de haberme destrozado mi rutina, imponiendo un cambio climático, que a la vista está, según mi parecer…
A la vuelta a casa, después de hacer unos encargos por el pueblo, busco la sombra y en la puerta de una capilla que estaba dedicada, y aún lo está a Sant Antoni, veo colocado en la reja de la puerta un esplendoroso ramo de flores, que se me antoja de novia de boda, supongo que lo ha colocado para agradecerle haber encontrado novio, no sé quién sea la novia, pero le deseo que se salga de lo habitual y que le dure la felicidad, al menos lo que vive un perro, que es mucho, porque ayer vi estadísticas de todo el mundo y cada vez duran menos los matrimonios.
¡Que vaya protección que ejecutan o ejercen los santos sobre sus creyentes…!
Se están perdiendo las formas y yo no quiero casarme, así que la que sabe por qué lo digo, que deje de insistir…
Con el calor, esto me parece que me lo he inventado… No lo sé, la verdad sea dicha…
*B.M.*

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