*Ordenes regias*
Mi amigo Manolo tiene una vis cómica supranatural, ya sé que a los escritores seniles nos falta vigor para contar, cosa muy natural, pero os cuento: Íbamos en el tren hacia Barcelona, invitados a comer al Suculent, restaurante de alto copete, y Manolo iba leyendo algo para sus adentros… Yo le veía sonreír en primer lugar y después reír, y más tarde, reír a carcajadas… Tal ha sido la risa que se ha caído del asiento, y se ha dado con la barbilla en la mesa que hay de separación en los trenes caros… Resultado: seis puntos de sutura, de esos de pegamento fuerte, de boxeador. El médico le ha dicho que no le quedaría señal, pero me ha mirado a mí y me ha guiñado el ojo… O sea que quedará señal… Y no sé si podrá comer todo lo que nos inviten… Ya me apañaré yo…
¿Qué leías, Manolo?
Estaba leyendo lo de la orden de la Jarretera, a la que pertenecen los reyes europeos de la mano de Inglaterra. Es como el Toisón de oro de aquí, la Jarretera que creó Carlos III del Reino Unido en 1348, se la van regalando de unos a otros.
El jolgorio le vino a Manolo cuando vio que a Felipe le iban a dar la segunda en importancia, la orden del Cardo, y al leer el lema de cada orden, es cuando se ha caído al suelo. La Jarretera tiene por lema “Vergüenza de aquel que de esto piense mal“ y la del Cardo dice “Nadie me ofende impunemente“ y hay una foto de padre e hijo juntos, con sus disfraces de jarreteros, aún no habían pillado al emérito con las manos en la masa. Los reyes y las monarquías están a sus tonterías, mientras los alimentamos y nos van robando impunemente y de momento nadie pone coto… Y ahí andan ellos en su mundo y sus cuernos y sus desencuentros. Si no fuera para llorar, todo lo regio…sería para no parar de reír…
Y Manolo se ha dormido por el pinchazo, y no sabe que le va a quedar cicatriz para lucir… Yo me callaré, por si acaso…
*B.M.*
Comentarios
Publicar un comentario