*Del amor y del arroz*


 En el casino, donde voy por ahora, hasta que me harte… hay uno que me mira como si yo le debiera algo, a mí me importa un comino y, además, si fuera así, no pienso pagarle… Como somos cristianos por contexto y paganos por instinto, actuamos con una dualidad pensante, sacando lo peor y lo mejor al mismo tiempo. Utilizando la sapiencia de lo malo para hacer el bien y el conocimiento del bien para corregir o hacer el mal o al revés. Lo mismo da que igual tiene. 

 
Esta madrugada, entre las 3.40 y las 5.00, he estado hablando con Asmodeo porque él sabe que no tengo prejuicios en el tema de las amistades, con excepciones notables. 
Estuvimos paseando por las inmediaciones de la Torre Magdala en Réenes de Château, y me contaba su historia sobre el párroco Bérenguer Saunière, el de los documentos que originaron la leyenda, o verdad, del Código Da Vinci. 
Me confesó que en aquel tiempo él vendía misas, haciendo caso omiso a las estrictas limitaciones de dicha actividad en el código eclesiástico, y que, además, pedía donativos para limosnas, que desvió muchas veces a su bolsillo, como suele hacer la iglesia desde Pedro hasta hoy. 
Asmodeo habla un francés medieval, pobre de vocabulario, por lo cual lo que yo transcribo tiene bastante de interpretación. Viene a ser como oír a Feijóo o a Felipe González o Aznar que se contradicen en cada línea y media y quieren hacer unos mandamientos universales para nosotros, a su forma y manera. 
 Asmodeo tiene una visión cosmológica, intenta explicar el origen del universo, del bien y del mal, pero no tiene palabras para expresarse. Se pierde en el momento de la preexistencia, y no se aclara con el caos originario… Conjurar el caos y la incertidumbre no va a ser posible, porque se acaba el tiempo, se acaba el ciclo de la vida y no va a haber más. A ver si os vais tomando nota, que ya me estoy cansando de repetirlo. Todo es un mito y los mitos no tienen por qué transcribir un mensaje claro, coherente y único. 
El relato se adapta y se cambia y se transforma de acuerdo a quien lo cuenta y al contexto. 
 Nunca fueron, los mitos, dogmáticos e inmutables, al contrario, son fluidos e interpretables, como el amor o como el punto del arroz…todo está en función de la querencia o del hambre que se tenga… 

 *B.M.*

Comentarios

Entradas populares de este blog

*El Madrigal, el nostre troç*

*Viaje eclesiástico*

*Visión interesada*