*Vida tranquila*


 Hoy hace un año exactamente recibí un paquete de forma nada habitual. No fue Amazon, lo trajo FedEx, otra forma de reparto internacional. Recuerdo el día porque era mi cumpleaños. 
Era un paquete pequeño, yo no tenía idea de lo que podía contener, lo recibí y lo tuve que dejar en la mesilla de noche porque estaba marchando a la calle, me esperaba un taxi para ir al aeropuerto, el tiempo para la salida del avión era escaso, me había retrasado la policía explicándome que me habían nombrado albacea de un vecino que murió en circunstancias cuanto menos singulares, tuvieron que leerme delante de dos testigos del auto y me entregaron las llaves de la casa del vecino. Don Ramón, había sido metre en el Ritz. 

 Subí al taxi y a doscientos metros, en la rotonda que está delante del edificio de Correos, que ahora es el Museo de Arte Moderno de la ciudad y en el que estoy exponiendo las fotografías del Viaje del agua, así se denomina la muestra, son fotos de Sudán, de su inexistente sistema de agua potable para las casas. Son fotos de vasijas enormes de más de dos metros y medio de alto, de tierra seca, y hacen la función de refrescar el agua como los botijos aquí, sobre todo en Andalucía y Valencia. Las vasijas están llenas de mugre, nunca entenderé cómo no mueren de malaria y de amebas, después de beber en el cuenco que utilizan comunitariamente. 

 En la rotonda del Museo, a la que acceden por ocho entradas coches a velocidades inadecuadas, otro taxi se cruzó con el mío y chocaron, la puerta de mi taxi quedó atrancada y no pude bajar… El caso es que no hubo forma de llegar a tiempo al aeropuerto, a pesar de que un motorista me llevó a velocidades de vértigo. Cuando llegué, ya habían cerrado el vuelo y entonces me percaté que mi documentación, el teléfono y el billete de avión se habían quedado en el asiento del taxi… 
Ahora son las 11:00 de la noche y estoy en casa, medio borracho, porque abrí una botella de McAllan M. Decanter 2022, que guardaba para celebrar algo importante, no quiero enredar contando que el avión me hubiera llevado a Nueva York para recibir el premio a la mejor foto del año de National Geographic… 
Os explico mi foto y acabo: es en blanco y negro, y en primer plano se muestra una mierda enorme de herbívoro y en detalle, se aprecia la puesta de huevecillos en lo alto, muy blancos, son de la hormiga roja, el color está ausente en la foto pero presente en mi alma, y esa hormiga es carnívora y la noche en la que hice la foto, a mi esposa le picaron un montón de ellas. Era nuestro viaje de novios, Reme murió a consecuencia de la infección y yo descubrí que no vale la pena vivir con prisas y con líos… Por eso intento hacer no más de una cosa a la vez…
 Ya sé que estoy mayor para eso, pero en 20 días vamos a Riglos, a los Mallos a escalar y después salto Free base. Es que ya me da todo igual…  

Cuando abra la cajita del paquete que recibí al inicio del relato ya os diré de qué va la cosa…si sigo vivo… 

 *B.M.*

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