*Derecho*


 Me gusta fisgonear en el origen de las palabras, y leyendo y releyendo he encontrado una palabra que me ha gustado, “brocardo”, que significa: un dicho, un axioma legal, una máxima jurídica, una regla a seguir en definitiva, leo que es una latinización del apellido del obispo de Worms, Burchard y de ahí brocardo. 

 Este obispo en el año 1000 escribió textos que conformaron el derecho canónico, 20 libros que en poco o nada han cambiado su contenido en el transcurso de los siglos y que han hecho las delicias de Roucos, Reig Pla o Casimiro López, principito de Castellón. 
 Pienso en todo el derecho, el canónico, que es para los católicos… y el otro derecho, el público y el privado, regulando las relaciones entre ciudadanos y el Estado, el público, y el privado, regulando las relaciones entre los ciudadanos. He contado más de 18 ramas diferentes del derecho. Pienso que todas esas máximas y brocardos serán mejor, manejados, resumidos y compendiados y aplicados por la inteligencia artificial, que por los jueces y magistrados, señorías todos, o como quieran apostillarse… Y que la justicia de ese modo sea ciega y justa e igual para todos, que ya nos tienen hasta las gónadas con los aforamientos y el caminar por el borde de la ley, que aunque no es delito, si lo fuera, se conocen todos los vericuetos para saltarse la ley a la torera. 
Estas pandillas de Mazones y Juan Carlos primeros que nos tienen aburridos. 
Y de la pederastia, espero que el León XIV sepa hacer 
¿O va a seguir los pasos de los más retrógrados que antecedieron a Francisco? 
Todo son conciliábulos, confabulando, intrigando y conjurando, pero sin resolver de forma concisa, exacta y rápida las cosas justas. 

 *B.M.*

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