*Nada, nada más*


Cuando a uno le da igual perderse él mismo, o perderlo todo, se esfuman los miedos, las cadenas y las ataduras desaparecen, y los compromisos, la timidez y el miedo se diluyen… Nada asusta, nada vale la pena. Cuando renuncias a conseguir lo que para ti es imposible de alcanzar y olvidas que existió.
Cuando uno está dispuesto a dejarlo todo, a perderlo todo… En ese instante comienza a estar en condiciones de ganarlo todo… El valor, la autenticidad, la claridad, la sinceridad, el camino, la verdad y la vida, que dijeron que dijo aquel de quien escribieron parte de las escrituras. 

 Quiero vivir de acuerdo conmigo mismo, ser yo, no quien queréis que sea, ser auténtico, imperfecto y único y humilde a la vez, si fuera el caso. 
 Que nada sea trascendente, ni imposible, que la normalidad campe a mi alrededor, que no tenga que inventar cosas, en las que creer ciegamente, para estar tranquilo. 
 
Nada más.
¿Nada más?

A veces tengo envidia de los gatos, cuando masajean las mamás de sus madres con instinto ancestral…

*B.M.* 

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