*Los jovenes*


¿A quién importan los jóvenes? 
Creo que a todos y, con miras al futuro me importan a mí, aunque yo no esté en ese futuro. Ya vimos antes que estamos mundialmente sumidos en una espiral de gerontocracia. Los datos les delatan, porque efectiva e irremediablemente, por ahora, estamos regidos por viejunos, algunos ya decrépitos, otros con secretarios maquilladores que intentan ocultar las deficiencias y dificultades de sus amos, que a la vez, son los nuestros. 
 
He elegido a diez mandatarios mundiales y dan una media de edad de 82 años. Y es esa sarta de matusalenes, los que deciden, desde su aparente nada fiabilidad mental, todo lo que ocurre globalmente y a los que los gobiernos menores rinden pleitesía y esfuerzos sublimes por complacerles. 
 Por eso, por los resultados, visiblemente mejorables, es por lo que yo estoy a favor de los jóvenes. Los jóvenes, con su energía, preparación y planificación de futuro, por eso y por ¿qué futuro tienen los del club de los 10 que he elegido? Yo no veo más que un futuro actual de parches y contradicciones. Utilizo las palabras futuro y actual juntas y eso parece una contradicción por su sentido chocante, pero es que los del club no tienen planificación más allá de dos telediarios. 
 
Mi plena confianza en los jóvenes y en su paso adelante, confío en los jóvenes y en la mujer. 
La mujer que se ha acomodado a estar sumisamente acoplada al hogar. Si me lee alguna, le digo que ya vale de esconderse y de quejarse de que no la dejan acceder a puestos de dirección en empresas y en gobiernos, mujer, aplica el arte de la guerra de Sun Tzu y el Príncipe de Maquiavelo y, haz un guiso entre esos dos libros, ya que estás en la cocina agazapada, porque te has creído aquello de que debes cuidar al marido, y haz un potaje de esas dos sapiencias y no les votes más, ni vayas a vitorearles, hasta que la fuerza del sentido común y la razón, hagan que ocupes el puesto que debes ocupar, y deja de jugar con la manzana que te dijeron que habías utilizado para tentar a un tal Adán. Y olvida sermones de tres al cuarto, porque hay quien está diciendo: Perdonad a vuestros enemigos, mientras proclama que sus enemigos arderán en el fuego eterno. 

¡A por ellos...! Esa es la actitud… Si los jóvenes no lo hacéis, la historia deberá castigaros, aunque yo de antemano os perdone, porque sois muy bonicos y rabiosamente jóvenes. 

 *B.M.* 

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