*Don Manchote de la Quijada*
Don Manchote de la Quijada no es un título para un libro, sea de aventuras o de un tratado de melecina. Miguel, te escribo seriamente esta misiva para devolverte la tuya, ya lo hablamos en prisión y no era adecuado escribir, sin corregir, cualquier cosa que te viniera a la mente, después de chupar la piel de aquellas ranitas de colores o masticar las setas pequeñitas que nos daban los moros en Oran o cuando en España te atiborrabas de los garbanzos manchegos, que te hacían ver cosas…
Te respeto y te admiro, queriéndote, por todo lo que pasamos en los tercios, en Flandes y en las prisiones que frecuentamos, pero hazme caso, como lo hiciste, poniendo a Sancho de escudero, cuando querías ponerlo de caballero.
Creo que cuando planificamos los personajes y el discurrir de la novela, lo hicimos bien y que tendrá lectores, supongo eso porque se sale de las normas de lo que hay escrito. Si la carta que te estoy escribiendo llega a tiempo, cambia el título antes de entregarlo a imprimir.
En el relato que presenté al público titulado “Tercios de Flandes “ está explicada toda la verdad, te lo digo por si algún pariente tuyo tuviera la curiosidad de saber cómo se gestó todo esto.
Desde la afabilidad del recuerdo de todo lo que nos unió o nos separó, allá donde hayas ido a parar, te deseo lo mejor en manjares, doncellas y setas y ranas, cosas que tanto te gustaron antaño.
Tuyo, tu amigo de la soldadesca.
*B.M.*
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