*Regimen alimenticio*

 La vida sin quererlo, te arrastra indefectiblemente, hasta una habitación específica de tu casa, la cocina, y en ella a la despensa, a la nevera, a los armarios y a los altillos, donde descubres ingredientes útiles, unos sabrosos, otros amorfos, caducados y sin caducar, unos abundantes y otros escasos y sin posibilidad de trampear  con todo ello tienes que confeccionar los platos que puedas comer, y ahí viene el lío, porque si miras bien tu analítica la complicación comienza en la primera línea que reza claramente: Glucosa, y te han jodido porque dice justo al lado = 110-130 y tú tienes 142… Por consiguiente, todo el turrón y mermeladas y chocolates, ya puedes ir regalándoselos al vecino marroquí. De la primera línea pasamos a la 12ª que habla de triglicéridos, que con índices máximos de 140 y tú ves que estás en 160, naturalmente toda la chacinería y embutidos navideños, que son ibéricos, se los van a tener que comer algún amigo o los perros de tu hija que devoran como trogloditas, porque tu yerno tiene hernia de hiato y no come de eso. 

Las latas, quince, carísimas, que compraste en un día loco en El Corte Inglés, en la sección gourmet, están prohibidísimas, pero ahí te callas y las guardas para ir trampeando y engañándote a ti mismo con que son buenas, y dices que los berberechos y los mejillones, supercaros, son buenos, digo, para la ferritina… No es del todo cierto, pero me voy a callar. 

Si pasamos a la sección de bebidas, vinos, licores, etc.… La vista la quieres que desviar, porque te avergüenzas de tener semejante colección de botellas, caras y muy caras… Pero esto lo voy a obviar, porque, como bien dices, de algo tienes que morir y, desde que no tienes gastos de clubes, el dinero te regolfa en el banco. 

 ¡Estás tú como para ir a la mili ahora y votar a los que se quejan de todo. Quéjate, quéjate. Pero los pantalones de tu talla ya no te caben ni con calzador! 

 *B.M.*