*El pastel*


 Huelo que a la vecina se le ha quemado el pastel y, sé que es eso porque la pobre maldice, como carretero con la rueda atascada con el carro hasta los topes de carga, hay que ver la locuacidad que tiene la gente para proferir exabruptos, que tienen más de sonoro que de intencionalidad hiriente. Madres, dioses y santos, conforman el revoltijo del relleno que recibe materia fecal y detritus  sin misericordia, durante la ceremonia de la maldición. El pastel iba a ser parte de lo dulce de Navidad, que tradicionalmente es época de empacho y gasto superfluo en cosas que fuera de temporada cuestan la mitad… 

Yo soy de poco gasto y poca cantidad, pero de morro fino cuando puedo permitírmelo, con cuatro cigalas, un trocito de ventresca y un kilo de berberechos y una copita o tres de Moët me apaño, siempre que pueda picar algo de jamón con brillantina antes y durante la pequeña comida o cena, que tanto da. 
El ver los precios de la comida en estas épocas del año, me quita el apetito y no sé si es por mi afán de no gastar, o porque los que de buena casa procedemos o comemos bien y poco o no comemos… 

Mientras todo esto hablamos, el tiempo parece diluir el desastre de la Dana, cuyos hirientes muertos, mira por dónde, podrían achacarse a una comida, mal follada… 

Si la justicia fuera justa, debería ajustarles las cuentas a los responsables que tenían responsabilidad y miraron hacia otro culo, quise decir lado, ajusticiándolos después de comer o follar… 
Todo, dicho sea con afán constructivo y loor y gloria de nuestros dioses lares y manes… y que además…Felices Fiestas…

 *B.M.*

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