*El espejo V*

 Mi espejo, en su vertiente más borde, me tienta y me hace preguntas comprometedoras, porque conoce mis debilidades. Yo opté al comprarlo, en ponerlo en modo borde subido de tono. Él sabe, por qué se lo he dicho, que hoy he hablado con un personaje que ofrece siempre dos opciones por respuesta, blanco y negro, a la vez, y así no falla o eso cree él, pero quedan muy pobres y muy aniñadas sus respuestas. Da igual. 

Hemos hablado, bueno, yo he hablado de Pascal porque él me hablaba de agnosticismo y de Dios y cosas así. Me preguntaba el personaje si yo tenía alguna preferencia por alguna religión y que si para mí había algún tipo de Dios, le he preguntado que a qué se refería cuando decía Dios… Porque, según dice Carl Sagan, los humanos siempre hemos pensado en seres espirituales superiores, pero esa creencia ha ido desapareciendo y es más razonable pensar que debemos salvarnos por nosotros mismos a que alguien venga a salvarnos. 

La palabra Dios abarca una enorme variedad de ideas diferentes, desde un hombre de piel clara, barba blanca, sentado en un trono, del que no hay pruebas, y si alguien las tiene, me gustaría verlas… Hasta el tipo de Dios de Einstein o Spinoza, que está muy cerca de la suma total de las leyes del universo. No podemos negar que hay leyes en el universo y si a eso le quieres llamar Dios, pues por supuesto que Dios existe… Hay otros matices, por ejemplo, el Dios deísta, un “Roi Faineant” un rey que no hace nada, crea el universo y luego se retira. Por eso, cuando me preguntas: ¿Crees en Dios? Si te digo que sí, o si te digo que no, no he aclarado ni has aprendido nada. 

Si tienes tantas opciones para definir a Dios... Si te digo que sí existe o que no existe, la respuesta da libertad para parecer que estoy de acuerdo con quien no lo estoy. 

Todo esto se lo he contado al espejo para que piense y me ayude a descifrar los misterios y dudas que tengo, pero no me ha contestado nada…

 No es hablador… Es preguntón… 

 Creo que no quiere saber nada de religión… 

 *B.M.*