*Campamento Alcocebre*


 Cuando pequeños, hace más de 750 meses, nuestros padres, para descansar un poco de dos de sus tres hijos, nos enrolaban en el campamento de verano de Alcocebre, en los aledaños de Capicorp. Era un paraíso, entonces…ahora, no lo se.

¡Ostras! Acabo de oler a pino piñonero, de los que había allí, pegados al mar, y acabo de tener el sabor en la boca del agua que mana en la misma orilla del mar, confundiéndose un agua con otra. Era un enclave paradisíaco, a pesar del ambiente cuartelario que solían imprimir, a ratos, los hermanos Aledón Salmerón, mandos de la OJE, que era lo que había en aquel tiempo, a tiro de piedra de terminar la guerra civil. 

Veo alguna foto de entonces y con los dientes de leche, acabados de perder, embutido en un pantalón, tres tallas más grande que la mía -así serviría para los próximos turnos de campamento- no logro atisbar el caso que yo les haría a aquellas uniformadas gentes. Creo que mi forma de ser libre y sin cauces, me lo propició aquel sistema. 
La comida era frugal, de la que solo lo recuerdo el desayuno con olor a leche quemada. Minuta: Café con leche y galletas, bocadillo de sardinas. ¡Ya ves, a esa edad! Solo recuerdo eso. Pero lo huelo y no me trae mal recuerdo. Debí pasarlo bien. No había curas tocones, allí. 
 Las playas, preciosas: La Romana, El morro… Todas salvajes, sin gentes… Cogíamos lapas y las comíamos… Comiéndonos con ellas el Mediterráneo, puro, de entonces… El otro recuerdo, de las muchas veces que fuimos mi hermano y yo, es que le picó un alacrán en el talón del pie y un señor muy alto con una hoja de afeitar le hizo una cruz no muy profunda y chupó de la herida, mis padres se enteraron al final del campamento, no había teléfono móvil ni fijo y las cartas tardaban mucho. 
El tiempo es como un vaso de agua derramado, que en un momento desaparece y depende de tus sentimientos y que sepas cobijarte del sol, que es tu entorno, que secará esa agua, depende, repito, de ti, que queden recuerdos agradables en tu memoria. 
El tiempo, se va y no vuelve, por eso, pequeñuelos, aprovechad cada momento que tengáis a vuestra disposición. Después ya no hay nada. 
Sed felices y recordad lo bueno.

*B.M.*

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