*San Valentin*


 Tan legendaria fue su probable inexistencia como conocida, es hoy, su festividad medio pagana y que el Papa Francisco ha querido rescatar para la iglesia, porque estuvo prohibida su celebración por su incierto origen.

El hecho es que hoy es San Valentín, patrono de los enamorados, fiesta que coincide con el momento del año en que los pájaros comienzan a emparejarse y el día mundial de regalar flores y ramos y chocolate.
 Quiero en este día, ya que se lo debía, homenajear a mi amigo Pascual, hombre guapo según las mujeres que conozco y galante en maneras, palabras y procederes. 
Recuerdo, ya que murió, como se le iluminaban los ojos, contándome lo que en su memoria voy a relatar al modo del Decameron. 
 Pascual era hombre alto y fuerte, supo ganarse la vida en negocios y algún chanchullo, pero honradamente. Vivía no lejos de aquí y tenía por vecinas a dos hermanas de carnes, prietas y sabrosas, eso decía él. Vivían, digo, casa con casa, pared con pared y como el roce hace el cariño o como queráis llamarlo, Pascual se dejaba querer y rozar, no por una sino por las dos separadamente, al menos al principio de sus devaneos. 
 En el tiempo del relato, la luz eléctrica era un lujo escaso y se manejaban con quinqués y carbureros. Cuando llegó el verano, que fue el inicio de la relación, Pascual, desde su habitación en su ensoñación erótica, como el sueño de un eunuco, veía la silueta de una de las mozas y hacía ruidos sensuales para que ella mirara, y miró, y tanto como miró, y sin luz, se veían y copulaban como posesos de una ira demoniaca, de tal suerte que llegado el desenlace, el que había hollado el dormitorio ajeno, se marchaba sin decir palabra. Y así, día tras día y Pascual tenía la duda fundada de no saber cuál de las dos era la que cohabitaba con él. Vino otro día y otro día y otro y se emplearon técnicas nuevas y figuras circenses… Hasta que finalmente las hermanas se hablaron y, como sombras chinescas, se reunieron las dos con Pascual y Pascual dando la talla, cada vez estaba más atlético. Nunca encendieron la luz, nunca se manifestaron en la calle y nunca comentaron los sucesos nocturnos. Pascual dice que era un regalo divino para él y para ellas. Hoy todos felizmente casados o muertos. Aparentemente independientes, deben recordar que el amor es un premio y un lugar al que se puede acceder sin perturbar la vida de los comparecientes al acto de apareamiento libre y voluntariamente buscado. 
 ¡Pascual…! ¿¡Dónde estés? Recuerda que hoy es tu día, el día en que “los pájaros” comenzáis a copular nuevamente.  
Saludos cordiales a los enamorados de larga o corta duración.  
*B.M.*

Comentarios

  1. Eso sí que es un veraneo por todo lo alto. ‘Joío’ Pascual!!!

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