*Pascual*


Pascual, no me deja tranquilo ni después de dejar este mundo, mundo que se bebió, como los niños nos bebíamos, hace años, los huevos crudos a los que habían hecho dos agujeros para chupar por uno de ellos; se lo perdono porque era mucho personaje mi amigo Pascual, al final nos reíamos mucho cuando le decía “follador de la oscuridad”
¡Qué fenómeno, Pascual! 
El caso es que el relato, emocionante y tórrido, de sus veranos lúbricos, lo hice poniendo pocos datos adrede, pero… Hete aquí, que anoche me llamó la hija de una de las dos hermanas concupiscentes, para refrescarme la memoria diciéndome, que si no me acordaba yo de los montones de mentiras que le había contado hasta que accedió a conocerme bíblicamente… Somos amigos y nos reímos un rato… 
Era gente abierta y divertida de la que ahora conozco poca… Recordar es vivir… Pero sería bonito repasar ciertos pasajes de nuevo, físicamente… 
 Salud a los amantes del amor… 

 *B.M.*

 

Comentarios

  1. Se aprecia que las andanzas de este tal Pascual marcaron tu juventud. Además, no hacía gastos superfluos de luz; mal para Hidroeléctrica Española.

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