*El reportero intrépido*


 

Hoy, nuestro intrépido reportero, el que se metió dentro de la paella para relatar el sentimiento de ser un ingrediente más del plato valenciano, en un alarde de empatía con los clientes de la parca, se va a meter en un féretro, en un ataúd, para decirnos desde dentro, cómo se vive un óbito y describir su entierro. 
 Comenzamos en la habitación del hospital donde ficticiamente acabo de fallecer… Damos, pues, paso a las palabras de Joaquín, nuestro reportero. 
 -Veo cómo cierran el saco de plástico blanco, mientras estoy oyendo al médico que dice: Hemos hecho todo lo humanamente posible. Es el ciclo de la vida. La muerte es parte de la vida. Aceptación. Aceptación. 
 Se oye la voz de la madre de la viuda diciendo: ¿No hay un cura para un responso? Él no era creyente, pero por si acaso. Dos camilleros me trasladan a la morgue del hospital. ¡Qué frío hace aquí! Y me meten en una nevera, al efecto, son las 6:00 de la tarde, hasta mañana a las nueve no me llevan al pueblo. 
 ¡Qué hambre voy a pasar! ¿Ostras y mear y eso otro cómo lo hago? ¡Madre mía, qué marrón! 
Noche toledana, ambiente raro, frío, ruidos metálicos. No sé rezar nada que tenga sentido. Tengo miedo. Qué malo he sido. Debí hacerle caso a Blas Pascal. 
 No corre el tiempo. Miro mi móvil y no hay cobertura. Estoy muy nervioso. Tengo hambre y sed. El oxígeno va disminuyendo de calidad. Huele raro, como a muerto, debe ser del inquilino anterior. 
 Pasan las horas, no he dormido. 
 Se oyen ruidos, se abre la puerta del frigorífico mortuorio y me ponen en una caja ¡Acolchada, ya ves para qué! 
 Noto el motor del coche y golpes míos contra las paredes del ataúd. Ya han llegado al tanatorio. ¡Que no abran la caja! ¡Huele a excrementos! En algún sitio tenía que hacerlo, ¿no? Mi viuda llora o hace como que llora. Como si no supiera yo que me la pegaba con el cura joven y con el cabo de la guardia civil. ¡Vaya vida amorosa de mierda! Para acabar yo así. 
 Me meten en el nicho y un albañil lo cierra a cal y canto. ¡No…! ¡No…! ¡No…! ¡Que estoy vivo! Ostras, menos mal, al final me oyeron. Tengo que rezar. Tengo que ir a misa. Desde hoy. 
 
¿Director le ha gustado el relato? Es bastante real. ¿Se lo enmaraño un poco más? 
¡Lo que hay que hacer para ganarse la vida! Periodismo mercantilista. 
 Ya no queda relatores del nivel de Manolo o de Julio (Vicent y César). 
No los hay… 
 *B.M.*

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