*Bribona Ficción Axiacal* 4


 Por miedo a represalias y amenazas reales, teatralizamos, nuestra Bribona-ficción e inventamos, describimos un lugar, unos hechos y unos personajes por si la realidad tuviera a bien volverse ficción o la ficción tuviera a bien volverse realidad.

El mundo financiero, la bolsa, los entramados de las compraventas multimillonarias, las cuentas en millardos, las Stock Options, la ingeniería financiera y la arquitectura financiera. Los paraísos fiscales, los bonos petrolíferos, las operaciones con Offshore Companies, las comisiones extraordinarias, las cuentas numeradas y sin numerar, con claves secreta y sin ella. Todo esto y mucho más es lo que se maneja. El artificio que se crea es merecedor del premio Pritzker. Imaginemos un país, la isla, un pueblecito de la costa del interior, en el mar, o en la montaña, la tranquilidad, la calma, la caldereta de langosta, el jamón de bellota y el vino de Rioja de nivel. La vida regalada, la brisa, los paseos a pie y en bicicleta en verano o invierno. Imaginemos a los empleados trabajando con nivel suficiente para hablar directamente con la planta 23 del Negro Edificio. Imaginemos a los empleados haciendo unos trabajos basados en la introducción de datos a los ordenadores y con esta imagen pensábamos que los empleados están cumpliendo su cometido con normalidad. Están trabajando en una oficina que no esté atención al público. Bien pagados con un horario de lujo y cobrando las comisiones por servicio. Ellos no lo saben, pero han firmado hipotecando su vida como se puede ver fácilmente después. Todo a escondidas en la isla cercana o lejana, o tal vez ficticia, isla del tesoro, de su tesoro. Estos empleados solamente están en la isla un tiempo, poco tiempo, después unas buenas vacaciones subidas de categoría y a otra oficina y vienen otros empleados que cíclicamente son reemplazados por otros, pero he aquí que alguien se va de la lengua y se comenta y se comienza a saber el tema… ¿Quién ha sido, quién fue? “Errare humanum est” La informática estaba muy avanzada, eso creíamos todos, pero tal vez no lo estaba tanto, porque si así hubiera sido, todo esto se habría cocinado en un solo ordenador, en un solo habitáculo, bajo una sola y atenta mirada de en un Negro Edificio. Sin tener que hacer partícipes a otros de lo que estaba cocinando en aquella cocina extraña. Y aquí estuvo la madre del cordero… El no tener paradero, el haber acertado a la diana, una vez de chiripa o no y creer que había sido por saber hacer perfectamente las cosas. Hay gente que se empeña en hacer como aquel contemporáneo escritor o pseudo escritor,,que siempre usó negros para escribir, que por haber visto unos espléndidos libros muy bien encuadernados de César Terencio y Plinio, para darse importancia y nivel de clásico, pasó media vida diciendo que le publicaba sus libros Isaac Elzeiver, que aunque es verdad que fue maestro en el arte de imprimir, su actividad la desarrolló unos años antes, en 1712. Vamos a intentar ayudar a la justicia para que encuentre su camino, con la narración o con el cuento y nuestro hombre con su protagonismo y el afable lector con su paciencia. Acontece que, como hacen los niños pillines si haces una jugada y sale bien y no te pillan repites al final, fías de tu destreza y normalmente esto acaba siendo torpeza y por suerte para la justicia acaba pillándote, primero fueron unas cuentas sin importancia las que se manejaron con unos pases maravillosos de abonos de dinero en efectivo. Efectivo ficticio, no demasiada cantidad, solo unos apaños, unas pruebas. Ya sabemos que la informática aplicada la banca permite abonar o cargar en una cuenta o en varias cuentas, sin problemas y sin tener dinero, ya que no es necesaria la presencia física del mismo, tranquilamente se pueda abonar 10.000 € en una cuenta para después retirar 10.000 creando un movimiento ficticio, pero que puedan anotarse en una libreta de ahorro por ejemplo y solamente hace falta tener un euro en la cuenta, para que la misma no quede en descubierto, jugando con la valoración. La valoración es la fecha que asignamos para que el ordenador realice la operación, es clave porque podemos mediante el valor hacer que un abono se produzca antes que un cargo, aunque el hecho se haya realizado al revés. Ese tipo de operaciones se puede realizar ninguna o innumerables veces con cualquier cantidad, según el propósito y la finalidad que se persiga, como por ejemplo enmascarar la falta de liquidez de un cliente, una empresa o muchas empresas. Es posible generar un movimiento enorme de dinero. Suponiendo que queramos aplazar la regularización de un falso abono, lo compensamos con un falso cargo. Podemos dar lugar a la creación de una enorme cantidad de efectivo. Esta cantidad podríamos ponerla plazo en dólares o cualquier otra moneda en bancos de la Reserva Federal o en bancos y cajas internacionales. Consiguiendo con la contraprestación de la imposición, garantías de depósitos que sirven para avalar macro operaciones, compraventas que, convenientemente diseñadas, estudiadas e informadas, generan comisiones monstruosas. Sin riesgos ya que la recompra está asegurada y pasada por determinados despachos, donde, a su vez, va dejando huella en forma de comisiones. Todos están contentos. No hay problema. Todo está controlado. O eso parece. 
 (Y llegamos a la página 35 de 108) Continuará… 

 *B.M.*

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