*No volverá a ocurrir*


 Ramón era pequeño, peludo, suave…tan blanco…ay,ay,ay…perdona, perdona, Juan Ramón esto es tuyo y no va  aquí…

Voy a intentar contar, lo que prometí contar, cuando me lo contó o leí en su libreta verde, no recuerdo bien…

No sabré…no sabré…! Me repito…

¡Inténtalo! me dice Ramón desde donde está ahora… 

Ahora que ha muerto, lamentablemente, en un accidente recreando un acontecimiento histórico, otra vez una bala, una bala le perforó el cerebro entrando por el ojo izquierdo…los de criminalística dijeron que no se encontró la bala, como ya ocurriera en Lisboa, puedo contar, digo, lo que me contó y más que lo que me contó, debido a la  gorda confianza que nos teníamos tuve acceso a la libreta, la libreta en la que anotaba todas las cosas que tuvo que hacer, tanto por ordenes recibidas, como por iniciativa propia, la confianza que llegó a alcanzar Ramón, así se llamaba, era ilimitada,  fue elegido para ser el guardián de los topes a los que podía llegar, acceder, ese miembro de la digamos realeza, no puedo decir nombres. 

Ramón con un equipo de especialistas en diversos temas médicos, sexuales, legales y económicos, asesoraba y ponía lindes a los encuentros, cenas, amores y desmanes que se sucedían cuasi semanalmente, con equipo médico presente, como en las plazas de toros.

Orgias programadas, que Ramon organizaba, no le quedaba otra, sin trabas en precios y gastos.

Cotos, bodegas, restaurantes, lugares exclusivos, plantas enteras de hoteles en Roma, Paris, Madrid fueron, durante años, escenario de pantagruélicos desmanes…

Cuidar que no se grabara nada en película, ni fotos, registros de audio…era cometido de Ramón.

Pero, como bien sabemos, ningún secreto dura dos veranos. Y tanto una actriz, contorsionista ella, como una baronesa europea, hicieron de sus encantos la llave para conseguir montones de dinero y patente de corso para no ser juzgadas, con el conqué de sacar a la luz “cositas” que Ramón debía hacer que no se supieran.  

Ramón, porque lo se, no fue el culpable de nada, fue el de la realeza, con su torpeza acrecentada por sus etílicos desvarios, la que nos llevo a lo que ahora se canta por doquier y que antes se sabía y se enmascaraba…

Ya verás, escribía Ramón en la libreta, como le harán culpable en algún momento, para hacer honrado al que le siga y veinte años mas tarde volverán a haber otro bucle borbónicamente enmarañado, para seguir con su divino mandato.

¡Que sabio era Ramón!

En el mensaje de ayer, ni mención de la honradez o renuncia a la inviolabilidad…Nada de nada. Que bien enseñados vienen.


¿Cuanto dinero dices que tienen?

……..

¡Ostras!

¿Donde?

*B.M.*


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