*Etiquetar a los politicos*

El Reglamento (UE) 2017/745 del Parlamento Europeo y del Consejo de 5 de abril de 2017, sobre productos sanitarios, debió recogerlo, puesto que afecta a nuestra sanidad y nuestra salud.

Los productos de cualquier tipo, que consumimos, llevan descripciones detalladas de su composición, origen, propiedades y un largo etcétera de pormenores aclaratorios. Así, aún sin haber visto nunca ese producto, podemos hacernos una idea exacta de qué contiene, solo queda probarlo y si funciona, usarlo con normalidad.

Los políticos -sombra más o menos latente, sobre la veracidad de sus estudios, honradez y cumplimiento de promesas- nos venden sus ideas, sin que contrastemos su peso específico. 

Vemos columnas de prensa semanales escritas por concejales de pueblos pequeños, que desde el púlpito del diario, esgrimen su visión apocalíptica, siempre en contra del partido al que se oponen. Analizado un caso concreto, vemos que hay un concejal de un pueblo, al que siendo muy generosos, diremos que le han votado unos 1.800 vecinos, que es mucho decir, y con esa carga de representación, suelta su diatriba sobre el sufrimiento al que se ve sometido el pueblo llano, por los desmanes de los políticos contrarios a su partido y cada vez va prometiendo a sus seguidores una intervención regeneradora, con su llegada triunfal, si vuelve a ganar.

¿Si a éste señor, al que han votado 1.800 personas, tiene su faldón semanal...a alguien que tuviera 180.000 votantes, le corresponderían 10 faldones?.    

No importa, pero...encarecidamente, solicitamos que el político, todo político, tenga una etiqueta identificativa que recoja entre otras cosas, al menos...votantes que le apoyan, años en política, imputaciones y logros alcanzados. Así de una mirada sabremos si nos habla Agamenón o nos habla su porquero y, al menos, no perderemos tiempo con los mindundis que pulúlan en política.

*B.M.*