*Bribona Ficción Axiacal* 1

​*A quien deba corresponder*

No sé exactamente si ha transcurrido mucho poco tiempo desde que sucedieron estos hechos, tendré que pedir consejo a Barthes sobre la diferencia entre el tiempo del acto y el tiempo de la escritura, pero, me pongo a escribir, porque lo escrito, escrito está, para tratar de relatar lo que hice o lo que ocurrió con mi anuencia, o a mi pesar, en ese largo o corto, pero inmisericorde espacio de tiempo. Precioso tiempo, perdido y hallado a la vez, parte de ese tiempo, lo dediqué a la desesperación, parte a la intransigencia, incluso con mis seres queridos, una pequeña parte a la reflexión, casi todo el tiempo a la amargura y finalmente bastante tiempo a la comprensión, a la comprensión de que las cosas ocurren porque tienen que ocurrir y que los actores, los sujetos agentes que producimos los hechos, no somos ni más ni menos culpables ni más ni menos malos o buenos que el resto de los mortales, de todos los mortales, incluyendo globalmente a todos, absolutamente a todos, abarcando hasta a nuestros superiores. Todos tenemos, tendremos o hemos tenido superiores, vamos a considerar como superior ese espécimen que no se equivoca nunca, esas personas que se muestran trascendentes en todo momento, majestuosos al modo del número pi cuando se trata de cuadrar el círculo, se sabe que los decimales de pi no acaban nunca y el saber y la ciencia infusa de estos entes, tampoco. 

“Para trato, los peores, los pretendidos señores”

Son adictos al nosticismo y pretenden poseer un conocimiento completo y trascendente de todo. Se creen poseedores de la nosis, del saber absoluto, superior al saber vulgar, que está reservado a los iniciados. Después resulta que fallan más que Ogino y Knaus, es lamentable, es irrisorio, es penoso, pero es cierto. 

Con el superior -ley no escrita- debes formar un tándem, una unión para colaborar en todo, pero este tándem tiene, siempre va a tener, la particularidad de que el que pedalea siempre eres tú, tú eres el factótum oculto y él sale en la foto, porque va sentado siempre delante de ti, por eso es el jefe. Puede que sea incluso más bajito y más feo, pero siempre aparecerá en un peldaño que le haga más alto. 

“Para saber de locos es menester haber estado amarrado”

Una historia como la que aquí comienza, debería haber sido inventada en el hipotético caso de no haberse producido o en el improbable caso de que no hubiera sido cierta, y debería haber sido cierta, en la increíble coyuntura de haber sido inventada. 

Dice Umberto Eco en las apostillas al Nombre de la Rosa que el narrador no debe facilitar interpretaciones de su obra, sino ¿para que habría escrito una novela, que es o debe ser una máquina de generar interpretaciones? Sin embargo, uno de los principales obstáculos para respetar este principio, reside, en el hecho mismo de que toda novela debe llevar un título, y ese título ya es una clave interpretativa. También es cierto que esta Bribona Ficción, no es, ni quiere ser una venganza, tal vez es la teatralización de un sueño o de una ficción, de una ficción con unos tintes, quizá muchos, demasiados tintes de la que será para unos, espero, amarga realidad, que no pudo, no puede, ni deberás esconderse. ¿Ficción, realidad, realidad-ficción, ficción-realidad, sueño, ilusión? 

Posiblemente vivir sea aprender a no errar. El hombre yerra tanto como lucha, dice Goethe. Vivir, acaso sea aprender a encontrar en lo pequeño, lo grande y en lo bien intencionado, lo hermoso, y en lo hermoso lo sublime, y ahí mismo la felicidad. 

Debo mucho de mi actual grado de bienestar a la serenidad que he ido acumulando con el tiempo, sabiendo que lo que yo hice estaba siempre dentro de la honradez, es más que probable que si las circunstancias hubieran sido otras, y no hubiera peligrado la cabeza de algún jefe o jefecillo, no estaríamos hablando de este tema. Creo que es mejor que todo ocurriera así. Ahora ya no daría vuelta atrás bajo ninguna recompensa.

*B.M.*

(Esto son 4 páginas de 108, que publicaré con el título Bribona Ficción Axiacal)