*La música de cada día*


 Cada día, en cuanto me despierto, mi cabeza busca la primera música que quiero oír, y habitualmente, en el teléfono, la pongo porque ya la tengo guardada de antemano. 

 A rachas, como si fuera un estreno de temporada oigo diversas piezas, ahora es el turno de Concerto en E Minor OP 64 de Mendelssohn, interpretada por Hilary Hahn o por Anna-Sophie Mutter, pongo el nombre de las solistas, porque cada cual pone su alma y hace que la suavidad, se acentúe o que prime la fuerza. 

 Conocer el contexto histórico en el que ocurrió el nacimiento de la obra, la posición social del compositor, las influencias de las músicas de los autores que le procedieron, las cuestiones técnicas de la composición y a quién estaba dirigida la obra, hacen que cada pieza sea única y exclusiva. 

 Después de leer los tres folios del análisis y las instrucciones desde la dirección y ver que se programa hasta la fuerza de acometer del arco y la posición de la mano, hace que esta y después otras piezas, las oiga con los ojos y oídos del sentimiento y valorando la cantidad del trabajo y calidad que hay detrás. 


Son maestros. 

 Por eso, la música no se eleva y nos hace volar con ella tan mágicamente. 


 *B.M.*


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