*La muerte*

 El obituario de nuestra zona, no tengas miedo y sigue leyendo, dice claramente en su modelo estadístico, que es difícil para los hombres, vivir más allá de los ochenta y tres años…Las mujeres viven seis años más…

 Ante una realidad, comprobada e innegociable, no hace falta llorar, ni esconderse, te pongas como te pongas te vas a encontrar en el lance, que ni Dios ni yo supimos arreglar mejor en primera instancia, espero que la próxima vez nos salga mejor, anotado queda, cuando programemos otro mundo posible… 

 Pero yo, a pesar de todo, hice un intento, ya que en una fiesta, que al final fue una bacanal, estuve con Cloto, Láquesis y Átropos, las hermanas denominadas Las Parcas que, aunque las pintan con figura de viejas, sé por experiencia propia que Cloto hilando, Láquesis devanando y Átropos cortando el hilo de la vida, eran beldades excelsas, compendio de juvenil sexualidad y curvas inenarrables. 

Yo, que los dioses me amparen, las acuné, sin miramiento, entre bebidas y pócimas, en camas pecaminosas y actos circenses para recibir de su bondad, como así ocurrió, el prolongar mi vida, a términos longevos extraordinarios, no sé bien para qué… 

 

Sabía que no podía intervenir, cambiando el devenir de la historia, por eso, mi concupiscencia, me hizo desmelenarme en el juego erótico, hasta el punto que la asociación de faunos, sátiros, íncubos y súcubos me han pedido que les escriba un manual de las artes amatorias para las que estoy dotado, todo según ellos. 

 

Yo me proclamo un aficionado aprendiz. 

 *B.M.*