*Keops*


 Antes del viaje, que me proporcionó mi amiga Kaliope, la de Logitravel, a buen precio, Kaliope es una maga para mi…Yo, ya me había impregnado de todo lo concerniente a Egipto y las pirámides. En Shakara aún no he estado, iré. Pero he estado en Guiza en todas… a pie y a caballo. 

En el autobús que nos llevó a pie de Keops, preguntaron quienes querían entrar dentro y yo me apunté el primero. 

He de decir que de las cosas monumentales que he visto en mi vida,  nada tiene punto de comparación con Keops. Cuando la ves in situ te preguntas ¿Cómo es posible que hayan podido construir esto? Es...! Es…! No tiene nombre.

Digo: Colosal y se me queda pequeño el adjetivo. 

Escalamos hasta la entrada y descendimos por una escalera de madera, agachando la cabeza -hay que estar en forma y no tener claustrofobia para entrar- bajas unos 40 m y llegas a la cámara donde está el sarcófago. Enormes piedras por doquier.

Hay poca luz y hace calor. Sientes el peso anímico de la multitud de las piedras que te rodean. Aún me emociona ese recuerdo. En el suelo al lado del sarcófago me encontré unas gafas de sol de mujer, las tengo guardadas, es un recuerdo especial. 

Recuerdo todo de Egipto: Karnak, kom-Ombo, el viaje en faluca por el río a la isla Nubia, las fiestas en el crucero, la gente con descomposición, la comida picante, la cerveza fría y la danza del vientre. Khan el Khalili. Sentarme en la mesa donde escribía Amin Maalouf, el premio Nobel egipcio. Ahora he leído dos libros de él. 

Pero mi momento fue cabalgar entre las pirámides y la entrada en Keops. No se me olvidará. 

Si no has ido. Ve.  Es un viaje muy, muy especial.

*B.M.*

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