*Mi microondas*
El microondas me mira cada mañana y yo le miro y me parece un televisor vacío, como el otro.
Lo utilizo escasamente y él está ahí esperando, no sé qué debe pensar. Me intriga que cuando lo pongo en marcha y lo paro, hay veces que da vueltas hacia la derecha o hacia la izquierda, sin seguir un patrón, o eso creo yo.
Es como nuestra sociedad que vota a la derecha cuando debería votar a la izquierda, por razones únicamente económicas, que son las más evidentes e inteligibles. Pero yo no veo razón alguna para que votes a la derecha si vives de un salario, que por ahora te llega para ir tirando, aún tienes hipoteca y el coche ya está para cambiar… Pasas de largo de los restaurantes caros y de la última vez que fuiste de vacaciones, solo te acuerdas de la mala conciencia que te quedó, del gasto disparatado que, no pudiendo permitírtelo, hiciste.
Tu genética de microondas debería estar programada para girar siempre a la izquierda, hasta que la evidencia te diga que ya puedes, o debes votar a la derecha, y eso será cuando el día de Navidad, invites a tu gente a cenar o a comer y todas las sillas, todas, las doce, sean iguales y de la misma marca cara. Mientras no sean todas iguales, desengáñate, aunque lleves pulseritas con la bandera, tú, quieras o no quieras, eres de izquierdas.
Así que déjate de hacer el gilipollas y sé consecuente y no te dejes descolocar porque hayan aparecido unos del PSOE, robando unas cifras que pueden ser escandalosas, pero son los que Carlos Fabra robaba todos los meses, durante años y ahí lo tienes haciéndose el cojo… Y arropando a Camps y a Mazón.
Tenemos unos políticos que, como mi microondas, solo sirven, a veces, solo a veces, para calentar la leche…
*B.M.*
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