*Juegos*


 Porque no están haciendo gratis, en Internet, películas que me gusten, de esas que te recomienda alguien que ya te recomendó “El contable“ o “Nadie “, y como te gustaron las has visto varias veces, o también te recomendó las de Bourne, que ya vas por la vez que ni sabes el número ordinal o cardinal que las has visto. Me he permitido, para mi solaz y regocijo, hacer dos juegos, simples, que creo que indican la catadura y el nivel de la gente que nos rodea. 

 He comenzado por uno que es así: Salgo de casa para ir al casino a tomar café o almorzar, allí hay amigos y conocidos y se supone que algún que otro enemigo, y llevo conmigo una hucha que tengo desde hace muchos años, es la cabeza de un chinito, es grande como un melón pequeño y la pongo en la mesa del bar delante de mí, estoy sentado solo y está a la vista de todos los del local… He estado 38 minutos en el bar… No se ha acercado nadie a decir nada… Constatando que la hucha ahuyenta a la gente, temerosa de que les digas… : Una limosnita para el Domund… 
 Ya lo sabes, cuando quieras que te dejen tranquilo/tranquila coge una hucha… 

 He dejado pasar dos días y al tercero he acudido al mismo casino, llevando esta vez un violín, dentro de la funda, es un violín que compré de ocasión, porque le dije a mi amigo Pepe Gimeno “Botifarra“ y a Ahmed, que a veces le acompaña, que con un poco de tiempo tocaría para ellos “La tarara”. Pepe me dijo que si la tocaba, me subiría al escenario. 
Me he colocado en un rincón del bar, pero en zona visible… Y he sacado el violín y he hecho como quien sabe afinarlo y lo he manipulado a la vista de todos… Le he sacado las cinco notas que me salen bien de “La tarara” y dos amigos se han acercado, cuando yo ya lo guardaba… 
 El resultado de la exhibición ha llegado en unos días… La gente va diciendo que yo sé tocar el violín y que me oyeron. Os puedo asegurar que estoy más verde que un campo de naranjos en junio. No sé tocar. Solo saco algún sonido ilógico. 
 Se han oído comentarios de todo tipo: ¡Que, qué bien toca el violín y no lo sabíamos, dicen unos. ¡Que, qué fantasma que trae un violín para exhibirse…! 
 Esto nos lleva a poder asegurar que la gente piensa lo que le viene en gana y ponen caldo o lo quitan a su antojo, según les conviene. 
 Puedo aseverar que tocar el violín es, para mí, una de las cosas más difíciles que he intentado jamás… 
Pero la fama ya la tengo caminando por el pueblo… ¡Tiembla Ara Malikian, que voy! 

 *B.M.*

Comentarios

Entradas populares de este blog

*L’Egypte*

*Bous al Carrer*

*Apapachar*