*Calor*
Hoy, hace cincuenta días que murió Francisco, yo le pedí por escrito que me mostrara qué hay después de la vida, y le he dado tiempo para que visite a sus familiares, amigos y allegados, pero creo que ya es hora de que me diga…
Yo con el calor no me llevo bien, de hecho, esta noche me he despertado y he visto que la mínima ha sido de 22°, es demasiado para mí, he dormido bastante mal.
Quisiera saber de Francisco, qué hay, y si de lo que hay, tienen en cuenta la temperatura, para hacer méritos, para ir donde haga frío… He constatado, que el calor me impide escribir con la frescura debida… Has visto… He utilizado frescura, que deriva de frío… No he utilizado calentura que deriva de calor…
El calor me atocina, me embota y me impide respirar y ver con claridad. Recuerdo días de calor en Sudán, 46 °C y en Córdoba, 42 °C y tener que respirar con un pañuelo mojado constantemente, hasta que aprendí de los lugareños a tomar té hirviendo y taparme como un tuareg… Ropa de algodón holgada…
Yo debería revestir mi cerebro con algodón puro y ver con ojos de bondad, la vida, esperando el mensaje, sin cifrar, de Francisco, que me una a una de las opciones de Pascal.
Y recostado en el alféizar de mi casa, estoy mirando por la ventana para ver si logro ver de una vez cómo cae Mazón y se les hace justicia a los 228 muertos por su culpa.
Comentarios
Publicar un comentario