*Amor*
Me lo contó Rieko hace años, pero no le hice demasiado caso, estaba absorto mirando su piel de porcelana. Rieko es coreana-japonesa por parte de madre y padre. La conocí en Londres, era una diosa, y a los japoneses y coreanos no les gustaba, porque era una belleza muy europea para ellos. Hicimos una votación y ganó ella por goleada.
Chapurreábamos inglés, aprendiendo en la academia que nos reunía diariamente, y juntos fuimos al estreno mundial de Golden Heart de Mark Knopfler. Emocionante. Al salir fuimos a Hipòdrom, la mayor discoteca que se puede imaginar nadie. Rieko me dijo que en Japón había una forma de contraer matrimonio, basado en el interés mutuo, sin romanticismo, ni atracción sexual. Basado en el compromiso, la convivencia y el apoyo mutuo, era por amistad. Casi todos terminaban, siendo de larga duración; son uniones legales con todos los derechos de cualquier otro tipo de matrimonio. Es una relación para vivir en compañía y con propósito mutuo de ayuda. No le hice caso a Rieko, por mi ensimismamiento en mirarla y por la falta de fluidez en la lengua inglesa. Tal vez me estuviera proponiendo matrimonio y yo no supe escuchar… Ahora Rieko es psicóloga en Kioto, nos hablamos algunas veces y no se ha casado, porque dice que su objetivo vital de pareja se quedó anclado en las calles de Londres, y que recuerda el restaurante aledaño al British Museum, el Wagamama, donde me dio su primer beso…
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