*Pira, mi querida perra*

 Hay bichos entrañables que te acompañan toda su vida, y te tienen una dedicación que casi nunca la apreciamos en su justa medida, y cuando les llega su momento, lo anuncian mirándote y diciéndote con sus ojos… Estate preparado… Porque yo ya me voy… No vayas a ponerte a llorar y haz como debes hacer, piensa que se va un campeón o una campeona y di con Modrić: No llores, porque se terminó, sonríe, porque sucedió… 

 Hoy he ido como otras veces a ver a mi hija que viene de “rogativas“ de hacer un pedazo de camino y me percato, otra vez, que ella no aprecia mis visitas, pero es lo que hay… 

 Una que siempre me hace mil requiebros cuando llego, es Pira, una perra que ha estado con mi hija años y años, y Pira hoy no ha venido a hacerme los saludos exagerados que siempre me dedica… 

Al cabo de un rato se ha acercado arrastrando las patas de atrás, porque ya no le funcionan bien, y me ha mirado con sus ojitos, alegres y tristes a la vez, y he intuido que me ha contado que ya se va… Y que va a dejar un vacío y que esté preparado, porque la vida va a seguir sin ella… 

 Pira tenía la costumbre, cuando venía a mi casa, de comerse toda la comida que había en los platos de mis gatas, también eso se echará de menos. 

 No sé si Pira se irá algún lugar a pasar la eternidad pero por desearle algo bueno, me gustaría que fuera la perra de un faraón, y que la enterraran un día en una pirámide porque, tú no te has fijado bien, pero Pira tiene el cuerpo y la cabeza igual que la perra que tiene la faraona más famosa que se conoce, Hatshepsut, reina-faraona de la XVIII dinastía…hace 3600 años. Tiene el templo más majestuoso de los construidos y debes recordarlo porque allí se representó Aida hace unos años… Fue descomunal…

A Pira le gustará vivir con Hatshepsut, porque después de Neus ya solo le queda la excelencia.  

Gracias, Pira, por tu amor sin fin, por cada ladrido, por ser mi jardín. Contigo la vida es pura alegría, mi fiel compañera, mi dulce armonía. Eres, mi perra, mi sol cada día. 

 *B.M.*