*Tantas cosas*
Hemos bebido leche directamente de la ubre de la vaca. Hemos bebido leche de la que envió Estados Unidos en su Plan Marshall para pagar la base de Rota y hemos comido aquel queso amarillo calabaza. Hemos visto cómo nuestros abuelos llevaban al campo, para trabajar de sol al sol, una hogaza y una sardina de las de bota. Asistimos a bodas y comuniones con menú único para todos, coca mal-feta y chocolate terroso; nos han asaeteado con las vacunas de la polio, la viruela, la antitetánica. Nos han amenazado desde el púlpito y desde la sacristía, sin tener preparación canónica alguna; hemos sufrido a curas pederastas, sin saber lo que hacían, ellos sí lo sabían. Hemos estudiado con un solo libro y hemos cantado el Cara al sol antes de entrar a clase. Cada día, hemos rezado rosarios y hemos pasado los meses de María, los oficios de tinieblas y el sermón de las Siete palabras. Hemos recibido zapatillazos voladores de nuestras madres. Hemos sabido ya de más mayores que el médico del pueblo era un tocón, y el farmacéutico y sus adláteres unos abusadores. Hemos visto que, con una mirada de la Guardia civil, nos hemos hecho aguas mayores. Hemos ido a la mili que no ha computado como tiempo trabajado. Hemos tenido una transición que aún está incompleta. Hemos sufrido y sufrimos todavía reyes ladrones, mentirosos e inviolables. Hemos sufrido tener que pedir un certificado de buena conducta del cura para presentarlo en la empresa para trabajar. Hemos soportado a caciques del pueblo y a gente con teléfono que con una llamada colocaba a sus hijos o tenían manga ancha para créditos y subvenciones, mientras nosotros nos buscábamos la vida. Hemos pasado la vida mirando al tendido porque no supimos que nos metían en la necesidad de comprar piso y coche y coger la hipoteca que te esclavizaba. La sociedad encumbra al que se chulea de tener dinero y no recuerda que la felicidad es lo primero. O eso creía yo. Hay muchas cosas más que contar, como que los políticos han dejado caer la agricultura, la naranja hace treinta años que se compra al agricultor al mismo precio. Hemos visto que aquí no hay industria que no sea el azulejo y que es de cuatro propietarios. Hemos sufrido la esclerosis múltiple de la iglesia que atesora millones y no ayuda a nadie. Hemos visto a políticos mentir y no pasar nada, hemos visto a políticos robar y no pasar nada y hemos visto a políticos dejar morir a gente y no pasar nada, y por si faltaba algo hemos parido a la extrema derecha, y tenemos a personajes tipo Mazón con un desparpajo que ya veremos en qué queda su paso por el Ventorro, porque eso de estar aforado es una patente de corso, es como vivir en un mundo paralelo. Eso debe acabar.
*B.M.*
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