*Las cagadas de nuestros perros*


 Patrick Süskind, en la intrigante novela El Perfume, nos introduce en el evanescente mundo de los olores. Intriga y terror magníficamente trabajados y maridados en la novela y más tarde en la película del mismo nombre, novela y película  nos mantienen tensos y nerviosos por el relato intenso, de principio hasta el final.

La capacidad olfativa, puede hacernos llegar a distinguir una gama polícroma de olores, enorme, que la revista Science cifra en un billón de olores diferentes. El mito de que los animales de hocico húmedo eran más capaces quedó, pues, anulado. Vamos a la par.

Tengo un amigo que dice que por afición entrena su nariz cada día con una caja de 100 olores básicos y, desde hace años distingue los olores de las ciudades y de los barrios de las ciudades. Ahora vive en Benicàssim y me cuenta que viene a Castellón cada día y que a pesar del sodio del mar y del perfume del azahar, su nariz distingue las razas de los perros por el  olor de la cagada. No me lo creí hasta que hicimos la prueba, efectivamente, no falla, sabe si es macho o hembra y exáctamente la raza a la que pertenece el cánido.

Con todo y con eso me cuenta que de las ciudades con perros, con muchos perros, como es Castellón, seguramente por la falta de limpieza y de la aplicación de productos desinfectantes, aquí huele muy fuerte.

Yo, por mi parte, como me gusta la ornitología, solo sé la clase de pájaro por la cagada, tengo que verla. El olor a mierda de perro ya forma parte de nuestro ambiente habitual, como el de la pólvora en las fiestas...

A mi me encanta el olor de las boñigas de caballo, son una delicatesen olfativa, la culpa la tiene Proust, no se si me coges…

Que usted lo huela bien...


*B.M.*


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