*Viuda*
Se me ha acercado una mujer bastante joven, viuda desde hace unos años, creo que acaba de cumplir sesenta o algo así, está de buen ver, tenemos amigos comunes, y me ha pedido que le haga una entrevista para publicarla en mi blog, porque alguien que le gusta, me lee y ella cree que le va a beneficiar que él sepa cosas de su vida.
No se explicaba demasiado bien, la verdad, pero al final nos hemos aclarado… Quedamos en su casa, acudo y me saca una libreta con preguntas. Y hemos seleccionado las preguntas y apuntado las respuestas y vamos a proceder…
Ha quedado todo un poco cursi, a mi parecer, porque ella quiere mostrarse esplendorosa, romántica, sexy y completa en todo. Tan bueno no se puede ser en todo… Pero es su decisión…
Mientras estoy en su casa, me da la sensación de que su mayor preocupación no está en taparse, porque lleva un pantaloncito corto y un sujetador pequeñísimo a juego y encima lleva una batita muy corta, que no lleva atada la cintura. Tengo que forzarme para no mirar todo lo que muestra, pero es lo que hay.
Al cabo, le digo que me tengo que marchar ya, aunque ella quiere seguir con la visita, al final me voy.
Hoy hace una semana que publiqué la entrevista y he encontrado a la viuda en el mercado semanal, le he preguntado y me ha dicho que sigue esperando y que si yo tengo algo para ella…
- ¿Qué voy a tener yo?
Pasa otra semana y coincidimos en una cata de vinos a la que he tenido que acudir, porque presentaban un libro. Y la viuda, en cuanto me ha visto, se me ha pegado como una lapa y a pesar de que es muy agradable, hoy se ha pasado bebiendo y al rato me ha dicho que no se encontraba demasiado bien… He contado al menos cinco copas de vino, que son las que se ha bebido, sin comer casi nada…
-¿Me puedes llevar a casa, estoy bastante mareada?
- He venido a pie, le digo…
-Vale, ¿me acompañas?
-Claro, ¿prefieres ir a casa o al ambulatorio?
-No, no… A casa, por favor.
La llevo a casa y entra apoyada en mí.
- Espera, por favor, que voy a ducharme y estoy muy mareada…
Espero… Oigo el agua de la ducha… Sigo esperando… Pasan los minutos…
-¿Estás bien? Pregunto dos veces…
Sale de la ducha envuelta en una toalla no demasiado grande…
-Estoy mejor, dice, y con la precipitación de la salida de la ducha resbala, se le cae la toalla y se queda desnuda delante de mí. Intento ayudarla y al agacharme para recoger la toalla, tropiezo con sus pechos en mi cara… Y sin querer, nos vemos envueltos en un abrazo irremediable… Que dura más tiempo del recomendable…
No tendría que haber ocurrido, pero estamos en la cama sin ninguna tela que nos cubra…
-¿Cómo ha podido pasar esto?
-¿Te arrepientes?
-Creo que no…
- ¿No has sospechado nunca que lo de la entrevista era para abrirme a ti?
-Bueno, ahora ya me he dado cuenta de que te has abierto bastante…
-¡Tonto…!
-¡A ver si esto va a ser amor…!
Creo que no…
*B.M.*
Comentarios
Publicar un comentario