*La música de nuestras vidas*


Cada persona suena a una música concreta aunque la mayoría no reconoce esa cualidad particular, yo, por ejemplo, por tener oído absoluto desde niño, debido a un principio de epilepsia adquirí esa cualidad cuando tuve que tomar ácido valproico que afectó muchísimo mi sistema sensorial, ahora mi trabajo es la afinación de pianos y órganos que realizo en modo freelance, por toda España, además, por tener esa capacidad de oído absoluto, puedo escuchar los sonidos de las cavidades del corazón y determinar si algo va mal, mucho antes de que lo puedan detectar los aparatos médicos de última generación, porque mi evaluación es global. 

Mañana marcho a EEUU con un contrato con el Hospital Monte Sinaí de cardiología avanzada para hacer unos estudios en un simposio. 
Como dije al comienzo, cada persona suena a una música, y esos sonidos están en función de la estructura física, composición y la salud de cada uno. Cada música puede variar según las eventualidades que se den durante un día o una vida.
 En mi caso yo sueno a Rushalka, O mío babino caro, American Hero y a Chopin y a Vivaldi y al Gloria de Mozart. 
Oigo a veces la música de otras personas, pero para que eso ocurra debe darse una unión física y un nivel adecuado de intimidad. Es algo muy particular. 

 Hay que sonar alegremente y alejarse de Dies Irae y Requiems y misas de Difuntos, que es a lo que suena Mazón, cada vez con más volumen. 

 *B.M.* 

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