*La llamada*


 Cada vez que paso cerca de la mesa, donde suelo escribir, en la esquina de la mesa, en la parte sur, geográficamente hablando, brújula en mano, donde está el cuaderno y el boli Bic, noto una fuerza de atracción, una llamada, y creo adivinar oír una voz que me dice: Ven, escribe… Y yo, que soy de escribir, casi siempre sin esquema previo, cuando le hago caso a la voz, que creo que es la voz del boli Bic, la que habla, me siento en la silla y aparece de pronto una idea, que viajaba irresponsable e indiferente por algún lugar de mi cabeza, y en unas treinta líneas me sorprendo al leer el resultado, que yo nunca hubiera sospechado que fuera a ser ese.  
Un día, con tiempo y ganas, tengo que hacer un catálogo de lo que llevo escrito: lugares geográficos, temas, personajes reales e inventados, casos reales e ideales. Así van las cosas, mientras leo que murió ayer un ensayista francés, Kahn, que además de fundar una revista y ser corresponsal en cinco guerras diferentes, en sus primeros años, escribía cada día con cinco pseudónimos diferentes… 
 ¡Qué envidia me da! Yo aquí con uno solo y él con cinco… Y es que hay gente muy buena… Aunque no sea mi caso… Claro, está… 

 *B.M.*

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