*El dron*


 Para ser sincero, te diré que la pura verdad es que perdí la confianza en los Reyes Magos hace tiempo,  porque, hubo épocas en que jugaban con mi paciencia, yo esforzándome seriamente en parecer que me portaba bien y escribiendo cartas legibles y espaciadas con una ristra de cosas que me apetecía tener o eso creía yo en aquel momento, y ellos trayendo lo que querían. Un enfado ligero y pasajero y a continuar porque al día siguiente ya había que ir al colegio. 

No se portaron demasiado generosamente conmigo nunca, pienso que algo tendría que ver  la cantidad de hermanos que éramos y el dinero a invertir. Solían traer ropa, zapatos y juguetes para compartir, ya de mayor, colonia, camisas y algún libro. Tampoco nos vamos a enfadar ahora. 

 Este año vinieron con ropa y colonia de mi marca preferida, BOSS es la de ahora, huele bien, pero a mí me rondaba por la cabeza desde hace tiempo tener un dron, de esos que graban con cámara de cierta calidad y hablé con una sobrina que ya ha tenido tres, cada uno mejor que el anterior, le pregunté sobre el tema, me contó ella lo que fue su historia con los drones. Y me he convertido en mi propio rey mago, y he pedido uno, y estoy en ascuas, esperando a que llegue. 
Es la ilusión de los 888 meses que me dispara la adrenalina. 

 Hace diez años tuve un helicóptero pequeño, con mando, que volaba por dentro de casa y que tenía la propiedad de hacerme creer y soñar que yo iba dentro de él al rescate de animales y personas atrapados en la montaña, pero un día me cayó en una jofaina llena de agua, la que uso para poner los pies a remojo en agua con bicarbonato y Vicks Vaporub, que me deja los pies suaves como el culito de un bebé. 
 Si no lo has probado… Pruébalo… 
 Te habla un piloto de helicóptero desde la experiencia. 

 *B.M.*

Comentarios

Entradas populares de este blog

*L’Egypte*

*Bous al Carrer*

*Apapachar*